Las muertes en Gaza perjudican el intento israelí de equiparar a Hamás con ISIS

Los aliados advierten sobre los riesgos para los civiles mientras Israel muestra las atrocidades de Hamás

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Bloomberg — Después de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reuniera el domingo en Riad con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, ambos publicaron una foto similar, pero con descripciones opuestas.

Blinken dijo que hablaron de “los ataques terroristas de Hamás contra Israel”, en su publicación en X, antes Twitter. El príncipe dijo que buscaban formas de “detener las operaciones militares que se han cobrado la vida de personas inocentes”, en referencia a los bombardeos israelíes de Gaza.

La desconexión no se limita a los saudíes. Sólo unos pocos gobiernos de la región han denunciado públicamente la matanza de 1.300 israelíes perpetrada por Hamás el 7 de octubre. En cambio, la atención de gran parte del resto del mundo se ha desplazado a las víctimas civiles en Gaza, donde los ataques aéreos israelíes diarios han matado a más de 3.000 personas. Incluso aliados como Estados Unidos y el Reino Unido han pedido públicamente a Israel que proteja a los no combatientes mientras se prepara para una invasión terrestre masiva.

Los funcionarios israelíes no pueden creerlo. Han pasado todos los días desde los atentados llevando a dirigentes y periodistas extranjeros a los insoportablemente sombríos lugares de la matanza, recogiendo testimonios de supervivientes y empalmando vídeos de espantosas decapitaciones y arrancamientos de ojos grabados (a menudo alegremente) por los autores.

El objetivo de estas presentaciones es conseguir que el mundo esté de acuerdo en que Israel tiene ahora no sólo licencia para destruir a Hamás (designada organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea), sino una responsabilidad colectiva para hacerlo, del mismo modo que EE.UU. se ganó el apoyo internacional tras los atentados del 11 de septiembre para erradicar a Al Qaeda y más tarde contra el ISIS.

“No hay dos bandos en este conflicto”, declaró el lunes Lior Haiat, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, en una presentación de Zoom en la que participaron dos supervivientes. “Si alguien no está hoy con nosotros, está con monstruos que asesinan a bebés y ancianos. Si no estás contra el terror, formas parte del terror”.

Para Israel, la movilización de 360.000 soldados y la exigencia de que 1,1 millones de palestinos de Gaza se trasladaran al sur en un plazo de 24 horas, mientras bombardeaba la zona desde el aire, cuentan como respuestas justificadas a actos incalificables.

“Permítame decirle, Sr. Secretario, que ésta será una guerra larga, el precio será alto”, advirtió el lunes a Blinken el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant. “Pero vamos a ganar por Israel y el pueblo judío, y por los valores en los que creen ambos países”.

Pero en otros lugares, los preparativos de Israel están alimentando más la alarma que la determinación.

Hesham Al-Ghannam, politólogo e investigador afincado en Riad, declaró al canal de noticias saudí Al-Arabiya: “Yo digo que barrer la ocupación debajo de la alfombra y echar la culpa a las víctimas, a quienes han estado sufriendo esta ocupación, no conducirá a ninguna paz sino que, al contrario, perpetuará la violencia en esta atormentada región.”

Aunque el presidente estadounidense Joe Biden se ha alineado públicamente con la opinión de Israel de que Hamás debe ser eliminado por completo, ha pedido repetidamente al gobierno que limite las víctimas civiles. “La inmensa mayoría de los palestinos no tienen nada que ver con Hamás”, declaró el viernes.

El ministro de Asuntos Exteriores británico, James Cleverly, declaró a Sky News: “A Israel le interesa evitar víctimas civiles y palestinas, porque Hamás quiere claramente convertir esto en una guerra árabe-israelí más amplia, o de hecho en una guerra entre el mundo musulmán y y el mundo en general. Y ninguno de nosotros, incluido Israel, quiere que así sea”.

En Oriente Medio, Hamás no se considera una fuerza terrorista global como lo fueron el ISIS y Al Qaeda. En cambio, a menudo se le presenta como un horrible producto de décadas de opresión por parte de Israel.

Funcionarios de toda la región (en Kuwait, Bahréin, Egipto, Jordania y otros lugares) afirman que sus poblaciones están inquietas mientras observan cómo Israel golpea Gaza. Sus ciudadanos muestran un alto grado de apoyo a Hamás, por lo que les resulta difícil incluso condenar los ataques del 7 de octubre. Están presionando a EE.UU. para que proporcione ayuda humanitaria a Gaza.

Los funcionarios israelíes se irritan ante lo que consideran sermones hipócritas.

“Cuando los estadounidenses fueron a Faluya tras el 11-S, no hicieron preguntas sobre las necesidades humanitarias de Faluya”, declaró Yaakov Amidror, que fue asesor de seguridad nacional del primer ministro Benjamin Netanyahu hace una década, en declaraciones a periodistas extranjeros. “El mejor ejemplo es la Segunda Guerra Mundial, en la que todo el mundo libre luchó contra los nazis alemanes, y nadie preguntó por las necesidades humanitarias del enemigo. Es una guerra contra un Estado enemigo”.

En Israel, existe la sensación de que, independientemente de lo que haya sucedido antes (construcción de asentamientos, incursiones militares), la historia pasó una nueva página el 7 de octubre por el nivel de salvajismo exhibido. El impacto ha sido profundamente personal en un pequeño país donde casi nadie ha quedado indiferente, y donde muchos proceden de países de pogromos y Holocausto.

El lunes, el ejército israelí llevó a una docena de corresponsales extranjeros a ver una recopilación de 42 minutos de los horrores del 7 de octubre, en la que se ve cómo los atacantes detienen coches y disparan a los pasajeros, descuartizan un cadáver, queman una casa y descansan para beber agua en un porche. El portavoz jefe del ejército, el contralmirante Daniel Hagari, declaró: “Consideramos esto una guerra contra la humanidad, no sólo contra Israel”.

Es probable que las visitas del canciller alemán, Olaf Scholz y el presidente de Estados Unidos Joe Biden retrasen la invasión israelí de Gaza. Cuanto más tiempo pase, es probable que aumente la brecha entre la opinión mantenida firmemente por Israel y gran parte del resto del mundo.

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