Bloomberg — Brasil está en camino de equilibrar su presupuesto el próximo año si el Congreso hace su parte para ayudar a recaudar los 168.000 millones de reales (US$33.000 millones) en ingresos necesarios para alcanzar ese objetivo, dijo el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, en una entrevista.
Haddad ha pasado el último mes presionando a los líderes legislativos para que aprueben una serie de medidas para aumentar los ingresos, después de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva presentara en agosto un proyecto de presupuesto para 2024 que pretende aumentar el gasto en 129.000 millones de reales (US$25.400 millones), al tiempo que cumple la promesa de Haddad de reducir a cero el déficit presupuestario primario de Brasil el próximo año.
El ministro de Hacienda logró que el Congreso aprobara su primera gran iniciativa, un plan marco fiscal para sustituir la llamada regla del techo de gasto de Brasil, pero se ha enfrentado a la oposición de los legisladores a los esfuerzos de Lula por aumentar los impuestos a los ricos para equilibrar sus planes de gasto.
“El llamamiento que estamos haciendo al Congreso es restablecer un mínimo de disciplina presupuestaria para que podamos volver a hablar de objetivos fiscales”, declaró Haddad a Bloomberg News el viernes en Marruecos, donde asiste a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. “Para que el nuevo marco fiscal funcione bien, tenemos que acelerar el proceso de recuperación de la base fiscal del Estado”.
El enfoque político de Haddad ha ayudado a calmar los temores de los inversores sobre los planes de gasto de Lula desde que el líder izquierdista regresó a la presidencia en enero prometiendo reforzar los programas de bienestar social. Pero se ha enfrentado a un creciente escepticismo sobre la posibilidad de que pueda cumplir su promesa de eliminar el déficit, especialmente a medida que las perspectivas fiscales de Brasil han empeorado este año.
El déficit primario del país, que excluye el pago de intereses, fue del 0,7% del producto interior bruto en los últimos 12 meses hasta agosto, según datos del banco central. Esta cifra contrasta con el superávit del 1,3% registrado a finales de 2022. Se prevé que el déficit alcance los 141.400 millones de reales (US$27.800) a finales de 2023.
Pero Haddad podría estar a punto de lograr un gran avance con los legisladores. Tras semanas de negociaciones y una reorganización del gabinete de Lula destinada a apuntalar el apoyo del Congreso, está previsto que la Cámara Baja vote la próxima semana una ley para gravar a las empresas offshore y los fondos exclusivos, una de las principales propuestas de Haddad para generar ingresos.
Haddad tendrá que recaudar mucho más para alcanzar su objetivo, pero confía en que el Congreso le ayude a conseguirlo.
“Si logramos aprobar las medidas fiscales que enviemos al Congreso con el mismo éxito que tuvimos en el primer semestre del año, podremos trabajar dentro de las expectativas del marco fiscal”, dijo Haddad. “Funcionará reduciendo el déficit año tras año”.
“Si no soy optimista, tengo que buscarme otro trabajo”, añadió. “Creo que el Congreso se ha mantenido sensible a la información que el Gobierno está proporcionando”.
Tipos de interés
Haddad también sigue confiando en que Brasil pueda seguir controlando la inflación incluso en medio de un escenario internacional cada vez más volátil que ha despertado algunas preocupaciones entre los analistas -y en su propio equipo económico- de que el banco central pronto tendrá que ralentizar el ritmo de su actual ciclo de flexibilización.
El banco central recortó el tipo de interés de referencia en medio punto porcentual por segunda vez consecutiva en septiembre, bajando la Selic al 12,75%. Los responsables de la política monetaria han manifestado su intención de continuar a ese ritmo.
Pero también se han enfrentado a llamamientos a mantener la cautela, ya que el aumento de los rendimientos del Tesoro de EE.UU. provoca la caída del real frente al dólar, lo que ayuda a renovar las preocupaciones sobre la inflación.
“El nivel actual de los tipos de interés en Brasil sigue siendo muy restrictivo según los propios parámetros del banco central”, afirmó Haddad. “La inflación proyectada y la forma en que el banco central calcula la tasa de interés neutral, estamos muy por encima de este nivel”.
“Incluso con los recortes previstos, la política sigue siendo restrictiva”, continuó. “Así que suponer que la inflación en 2024 será inferior a la de este año es casi una certeza. Y la inflación de 2025 está muy cerca del objetivo”.
El banco central tiene como objetivo una inflación del 3,25% este año y del 3% hasta 2026, con un margen de tolerancia de más o menos 1,5%.
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