Bloomberg — Justo cuando parecía que las acciones estaban dando un giro alcista, una preocupante subasta del Tesoro frenó el impulso del mercado.
La subasta del Tesoro a 30 años, por valor de 20.000 millones de dólares, se celebró el jueves a las 13.00 horas en Nueva York al tipo más alto desde 2007. En cuestión de minutos, el índice S&P 500 se desplomó, cayendo hasta un 1,2% antes de recuperar el equilibrio. El índice de volatilidad Cboe, también conocido como VIX o índice del miedo de Wall Street, superó los 17 puntos. Y el índice Russell 2000, de pequeña capitalización, aceleró su venta y alcanzó su cierre más bajo en meses.
Antes de la apertura del mercado del jueves, las acciones ya habían superado un dato de inflación más alto de lo esperado, ya que el S&P 500 alcanzó máximos de sesión a mediodía. Los alcistas habían impulsado el índice a cuatro días consecutivos de ganancias, con el optimismo alimentado por una serie de funcionarios de la Reserva Federal que sugirieron que el banco central podría no necesitar subir los tipos de nuevo este año.
Pero el ánimo se invirtió tras la subasta del Tesoro a 30 años, que atrajo una débil demanda y lastró el sentimiento general del mercado. Los contratos de swaps vinculados a futuras decisiones sobre los tipos de interés elevaron las probabilidades de una nueva subida de un cuarto de punto hasta cerca del 50%, frente al 30% del miércoles.
Yung-Yu Ma, director de inversiones de BMO Wealth Management, dijo por teléfono: “Está empezando a calar la idea de que la Reserva Federal mantendrá los tipos más altos durante más tiempo”. “Los inversores están comprando la idea de que los tipos a corto plazo han tocado techo, pero los inversores están en estado de shock y no creen que los tipos a largo plazo sigan subiendo. Si esos tipos a más largo plazo siguen subiendo, eso será motivo de preocupación para las acciones.”
La subasta del Tesoro se adjudicó al 4,837%, casi cuatro puntos básicos por encima de su rendimiento en las operaciones previas a la fecha límite de presentación de ofertas. La demanda no alcanzó las expectativas de los intermediarios, a pesar de ser la subasta de bonos a largo plazo de mayor rentabilidad desde 2007.
También se produjo después de una débil subasta a 3 años el martes y una subasta a 10 años el miércoles.
“Aunque las subastas del Tesoro en realidad sólo tienen un impacto en el día de la misma en términos de reacción del mercado, sigue siendo una señal de mensajería sobre la demanda”, dijo Peter Boockvar, director de inversiones de Bleakley Financial Group LLC. “Y esta semana la demanda ha sido bastante débil. Los rendimientos del Tesoro están en los máximos del día en respuesta”.
Antes de que cambiara el sentimiento, los inversores en renta variable ya habían pasado por alto un informe sobre el índice de precios al consumo que superó las expectativas. En su lugar, los operadores se centraron en la tasa de inflación subyacente anual, que subió un 4,1% en septiembre, el ritmo más lento en dos años.
Si se mantiene la caída del jueves en el S&P 500, se rompería una racha de cuatro días de ganancias -la más larga desde agosto- que se produjo después de que varios funcionarios de la Reserva Federal dijeran que la caída de los mercados de renta fija podría anular la necesidad de volver a subir los tipos. El mensaje se reiteró el miércoles, cuando el gobernador de la Fed, Christopher Waller, dijo que el banco central puede observar y ver qué ocurre antes de tomar nuevas medidas.
El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años subió por encima del 4,7% el jueves, invirtiendo una caída de dos días. El índice Nasdaq 100, de gran peso tecnológico, tuvo la sesión menos mala, con una caída del 0,4%. Los futuros de este indicador, así como los del S&P 500, subían un 0,1% en las primeras operaciones asiáticas del viernes.
“Actualmente, el mercado se mueve casi exclusivamente por el mercado de bonos”, dijo Jay Hatfield, director ejecutivo y fundador de Infrastructure Capital Management. “Eso cambiará mañana, cuando nos adentremos en la temporada de resultados”.
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