Bloomberg — El ataque de Hamás y la respuesta de Israel corren el riesgo de desestabilizar aún más la región, y el mercado mundial del petróleo está atento.
Hay interrogantes sobre las consecuencias geopolíticas del conflicto, que estalló 50 años después de la guerra del Yom Kippur que presagió la crisis del petróleo de los años setenta.
No hay indicios de que las consecuencias de la situación actual sean comparables a las de entonces, pero podrían alterar el panorama geopolítico de Oriente Próximo de forma impredecible. Israel ha señalado ampliamente a Irán tras el ataque. Teherán ha negado su implicación, pero el presidente Ebrahim Raisi lo calificó de “victoria”.
Antes del fin de semana, Arabia Saudí había estado a punto de llegar a un acuerdo con Israel que podría haber aportado una mayor estabilidad a la región. Estados Unidos e Irán estaban realizando amplios esfuerzos, en gran medida no reconocidos, para alcanzar una especie de distensión, y con ella mayores flujos de petróleo.
Muchas de las consideraciones geopolíticas dependerán del alcance de la respuesta israelí, sobre todo en relación con Irán. Por ahora, éstas son las consideraciones más inmediatas para los operadores de petróleo:
1. Aplicación de las sanciones
En el mercado del petróleo existe la creencia generalizada de que Estados Unidos ha hecho la vista gorda a las sanciones impuestas a Irán, permitiendo que los envíos se dispararan en los últimos meses.
Ello ha contribuido a contener los precios del petróleo en un mercado que ha sufrido una enorme pérdida de suministro por parte de Arabia Saudí, Rusia y el resto de la OPEP+.
Existe la posibilidad de que Estados Unidos apunte a este comercio. En la actualidad, la República Islámica vende la mayor parte de sus exportaciones de crudo a China, a la que envió 1,5 millones de barriles al día -la mayor cantidad en una década- en agosto, según la empresa de inteligencia de datos Kpler.
Es difícil estar seguro de cuánto control puede ejercer realmente Estados Unidos. Desde que se reimpusieron las sanciones iraníes en 2018, las ventas a clientes chinos se han realizado cada vez más en yuanes, o a través del comercio de trueque, y ejecutadas por bancos locales para eludir las restricciones occidentales. El petróleo se transporta en petroleros propios de Irán o en los llamados buques de la flota oscura, utilizando una cadena de suministro que las autoridades estadounidenses no pueden controlar fácilmente.
Cualquier medida que reduzca el flujo de petróleo iraní podría aumentar la demanda de barriles rusos, un resultado indeseable para Washington u otras naciones del Grupo de los Siete que intentan cortar el acceso de Moscú a los petrodólares.
Además, cualquier medida de restricción endurecería el mercado del petróleo, una decisión importante en un año de elecciones en Estados Unidos.
2. Disturbios en Ormuz
El estrecho de Ormuz conecta los países productores de petróleo del Golfo Pérsico con las refinerías de todo el mundo.
Es un punto de tránsito para uno de cada seis barriles que consume el mundo, y un tramo de agua sobre el que Irán ha reclamado a menudo su dominio. Es vital para el mercado energético mundial.
Por ahora, no hay indicios de que Teherán vaya a interrumpir la navegación mercante, algo que ya ha hecho en los últimos tiempos, a menudo como medida de retorsión.
Hormuz nunca se ha detenido realmente. Ni en la Guerra de los Petroleros de 1984, en la que Irán e Irak se atacaban mutuamente y de forma rutinaria, ni en los últimos tiempos, cuando Teherán ha intensificado la incautación de buques y el acoso a la marina mercante.
Detener Hormuz perjudica a los aliados de Irán. Eso no significa que no se pueda interrumpir de forma significativa -incluso hasta el punto de interrumpir el flujo de petróleo-, pero es difícil que se detenga por completo.
Más allá del estrecho, también ha habido casos en los últimos años en los que los propios envíos de petróleo de Irán han sido interceptados e interrumpidos por las potencias occidentales - otra fuente de interrupción potencial en una escalada.
3. ¿Qué alcance?
Las consecuencias del conflicto para el mercado del petróleo dependerán en gran medida de lo que haga Israel en los próximos días, semanas y meses.
Irán es un “comodín muy grande” y habrá un enfoque en qué tan fuertemente el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu culpa a Teherán de facilitar los ataques, RBC Capital Markets LLC analistas incluyendo Helima Croft dijo en una nota.
4. Comunicados estratégicos
Si el conflicto acaba convirtiéndose en algo que afecte a la oferta de petróleo o dispare los precios del crudo durante un periodo prolongado, sería una justificación para que el Gobierno de EE.UU. vendiera más barriles de su Reserva Estratégica de Petróleo.
Esto podría amortiguar las oscilaciones del precio del petróleo a corto plazo, pero dejaría a EE.UU. en la necesidad de reponer sus reservas en algún momento en el futuro.
5. La historia como guía
A pesar de todos estos riesgos, existe la posibilidad de que esta guerra resulte finalmente irrelevante para el mercado del petróleo.
La agitación en la región en los últimos tiempos no ha sido un catalizador para movimientos estructurales al alza de los precios del petróleo. Los operadores quieren pruebas de que los disturbios son importantes para la oferta. Y normalmente no lo son.
--Con la colaboración de Julian Lee y Serene Cheong.
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