Bloomberg — Según Klaas Knot, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), los gobiernos de la zona euro están optando por no aplicar políticas presupuestarias que respalden los esfuerzos del Banco Central Europeo por controlar la inflación.
Los responsables de los bancos centrales se enfrentan a una política fiscal que está “completamente fuera de línea con la posición cíclica de nuestra economía”, declaró el responsable holandés en una mesa redonda celebrada el viernes en Eslovaquia. “Y hay una falta de voluntad de ayudarnos a intentar estabilizar la economía de la zona euro”.
El BCE ha subrayado en repetidas ocasiones que el apoyo de los gobiernos a los hogares y las empresas durante la crisis energética fue demasiado amplio y avivó la inflación justo cuando el Consejo de Gobierno estaba subiendo los tipos de interés a un ritmo récord.
El responsable esloveno de política económica, Bostjan Vasle, afirmó en el mismo acto que “la política fiscal se quedó atrás” después de que la política monetaria abandonara su orientación expansiva y se volviera restrictiva.
“Llevamos casi cuatro años viendo una orientación todavía expansiva de la política fiscal”, declaró en la Cumbre de Tatra. Que los tipos de interés estén ahora en su punto álgido “depende, por supuesto, de los datos reales, pero también de la orientación de las políticas fiscales”.
Su par eslovaco se mostró de acuerdo.
“Mi percepción es que realmente echamos de menos a la generación de ministros de Finanzas de la época de la austeridad”, dijo Peter Kazimir, que estuvo a cargo de los hilos del erario de su país desde 2012 hasta 2019. Ahora “sólo tenemos ministros que son derrochadores, ya sabe, así que eso viene de la crisis de Covid, de esta crisis geopolítica, que está aquí, con suspensión de normas”.
Los límites de la UE diseñados para evitar el endeudamiento desbocado se han suspendido desde 2020 para permitir a los gobiernos del bloque margen de maniobra para apoyar a los hogares y las empresas. Las capitales europeas siguen enfrentadas en su lucha por acordar una reforma de las normas fiscales antes de que se restablezca el antiguo pacto el 1 de enero.
Según Madis Muller, representante de Estonia en el Consejo de Gobierno del BCE, en la situación actual es fundamental que los ministerios de Economía y los bancos centrales adopten una postura coordinada.
“Es mucho más fácil controlar la inflación si las políticas fiscal y monetaria se apoyan mutuamente y van en la misma dirección, y esto no es lo que estamos viendo ahora”, dijo en un panel de la Cumbre de Tatra el sábado.
El ciclo de endurecimiento del BCE se ha producido a costa de la debilidad económica: El producto interior bruto creció sólo un 0,1% en cada uno de los dos primeros trimestres del año y es probable que ese ritmo se mantuviera en los tres meses transcurridos hasta septiembre.
Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, declaró en una entrevista publicada a primera hora del viernes que los responsables del BCE “no pueden descartar” una recesión en la región del euro, aunque sí restringirla.
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