Bloomberg — Las malas noticias siguen acumulándose para los fabricantes de todo tipo de productos, desde refrescos hasta chocolate y bebidas alcohólicas.
El último golpe ha sido el de Walmart Inc (WMT), que ha afirmado que ya se está notando un impacto en la demanda de las personas que toman Ozempic, Wegovy y otros medicamentos que suprimen el apetito. Esto hizo caer las acciones de las empresas de alimentación y bebidas, algunas hasta mínimos de varios años.
En Europa, la chocolatera Lindt & Spruengli AG se desplomó casi un 5% y Anheuser-Busch InBev SA (BUD) perdió un 2,5%. Nestlé SA (NSRGY) cayó hasta un 3,4%, la mayor caída desde mayo, arrastrando al índice de referencia Stoxx 600 Index. El fabricante de helados Ben & Jerry’s, Unilever Plc, y el productor francés de yogures Danone SA también cayeron.
La venta masiva es “claramente una reacción a los comentarios de Walmart”, dijo Bruno Monteyne, analista de Bernstein.
Sin duda, los valores de consumo llevan tiempo cayendo, sobre todo a medida que la inflación reduce los ingresos de los hogares. El sector también tiende a pagar fuertes dividendos que parecen menos atractivos para los inversores en comparación con los intereses del 5% de los fondos del mercado monetario. En el Stoxx 600, los valores de alimentación, bebidas y tabaco cotizan a su nivel más bajo en dos años y medio.
La tendencia es similar en Estados Unidos. En lo que va de trimestre, los valores de consumo básico ocupan el tercer puesto entre los sectores del S&P 500, y el grupo, que incluye valores como Walmart, Mondelez International Inc. y Pepsico Inc. ha caído un 9,1% este año.
Dada la rápida popularidad de esta nueva clase de medicamentos para perder peso y una advertencia temprana de uno de los mayores minoristas, ha sido suficiente para desencadenar otra ronda de ventas. Una encuesta reciente realizada por Morgan Stanley reveló que los pacientes tendían a reducir las comidas y los tentempiés mientras tomaban medicamentos para adelgazar, y también consumían menos alcohol y bebidas gaseosas.
Aún así, hay cierto escepticismo sobre si los medicamentos provocarán realmente cambios importantes en los hábitos de compra de los consumidores. Inversores como Richard Saldanha, gestor de fondos de renta variable mundial de Aviva Investors, advierten que no hay que dar demasiada importancia a las oscilaciones bursátiles.
“Aunque sabemos que estos medicamentos tienden a inhibir el apetito, creemos que los movimientos de los precios de las acciones parecen algo exagerados”, afirma. “Es demasiado pronto para sacar conclusiones generales sobre lo que esto puede significar para los hábitos de consumo”.
El mes pasado, el Director Financiero saliente de Nestlé, Francois-Xavier Roger, restó importancia a los temores de que los nuevos medicamentos afectaran a las grandes empresas alimentarias, afirmando que las tasas de abandono eran elevadas y que la mayoría de las categorías de Nestlé están protegidas.
La confitería, la leche y los productos lácteos y los platos preparados y utensilios de cocina representan alrededor de un tercio de las ventas de Nestlé. Grupos de accionistas criticaron esta semana a Nestlé por no ser suficientemente ambiciosa a la hora de hacer más saludable su cartera.
“Si eres un establecimiento de comida rápida en una zona donde el grueso de los consumidores toma estos medicamentos, te vas a ver perjudicado”, afirmó Jon Cox, responsable de renta variable de consumo europea de Kepler Cheuvreux. “Para las grandes empresas internacionales, en el peor de los casos será un irritante”.
--Con la colaboración de Jeremy Herron y Janet Freund.
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