Empleos en energía renovable: ¿qué áreas generan más trabajos en el mundo y dónde?

El país que más contribuye en la generación de empleos dentro de las energías renovables es China, que representa el 41 por ciento del total global

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Bogotá — Los empleos que genera la industria de energías renovales en el mundo casi que se duplicaron al cabo de una década al pasar de 7,3 millones a 13,7 millones, a medida que esta área atrae más inversión que favorece la creación de nuevos puestos en cada vez más países, concluyó un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).

“La inversión a gran escala necesaria para situar al mundo en una senda segura para el clima crearía muchos millones de puestos de trabajo adicionales en las próximas décadas”, indica el reporte Renewable energy and jobs: Annual review 2023 [Energías renovables y empleo: balance anual 2023.

La OIT señala que las inversiones en energías renovables han vuelto a repuntar luego de que se mantuvieran estancandas entre 2015 y 2020.

De hecho, las inversiones anuales en energías renovables (incluido el capital privado y el gasto público) aumentaron de US$348.000 millones en 2020 a US$499.000 millones de en 2022, lo que supone un incremento del 43%.

Según el informe, la mayor parte de estos fondos estuvieron enfocados en las firmas de generación de energía solar y eólica, por lo que su participación en el total de las inversiones aumentó del 82% en 2013 al 97% en el 2022.

El segmento de la energía solar fotovoltaica es el que más puestos de trabajo pone en la industria de los renovables con 4,9 millones de puestos.

Le siguen en generación de empleo la bioenergía con 3,58 millones; la energía hidroeléctrica con 2,49 millones; la energía eólica con 1,40 millones; el área de calefacción/refrigeración con 0,71 millones y otros con 0,64 millones.

El país que más contribuye en la generación de empleos dentro de las energías renovables en general es China, que representa el 41% del total global.

Otros mercados claves en la generación de empleos son Brasil, la Unión Europea (UE), India y los Estados Unidos.

Por segmentos, se tiene que China representó alrededor del 56% del empleo en energías fotovoltaicas mundialmente, lo que equivale a unos 2,76 millones de puestos de trabajo.

Le siguen India (281.400) y Estados Unidos (264.000).

En Latinoamérica está el ejemplo de Brasil, en donde el aumento de las instalaciones solares fotovoltaicas impulsó el empleo en este sector hasta los 241.000 puestos de trabajo.

La OIT dice que estos mercados juntos “representan la mayoría de las instalaciones de capacidad a nivel global y desempeñan roles clave en la fabricación de equipos, ingeniería y servicios asociados”.

Para la OIT, la generación de empleo en la industria de energía renovable dependerá de una diversidad de factores que van desde la competitividad de costes frente a otras tecnologías energéticas; el flujo y reflujo de las inversiones; el tamaño resultante de los mercados nacionales y regionales.

Asimismo, influirá significativamente la disponibilidad de los insumos necesarios (componentes y materias primas) y de mano de obra cualificada.

El reporte destaca que “las estrategias de las empresas y una serie de medidas de política pública (incentivos y normativas) destinadas a facilitar la ampliación del despliegue, crear cadenas de suministro viables y formar a los trabajadores son los factores que determinan estos cambios”.

“Los cambios políticos pueden desencadenar un aumento de la actividad o llevar a la decisión de aplazar las inversiones, provocando a su vez fluctuaciones en el empleo”, dijo.

Pero los analistas llaman la atención por el hecho de que no solo importa la cantidad de los puestos de trabajo, sino la calidad de los mismos para impulsar una transición energética justa e inclusiva para todos.

Sobre este punto destaca que la tecnología solar ofrece una mejor inclusión en materia laboral en comparación a otras de las energías renovables, con un 40% de empleos ocupados por mujeres.

Por lo tanto, “son indispensables marcos coherentes e integrados que pongan el foco en los salarios, la salud y seguridad ocupacionales y los derechos laborales, y que se basen en un diálogo social eficaz”.