Bloomberg Línea — Dos cócteles molotov fueron lanzados contra la embajada cubana en Washington, D.C. el domingo 24 de septiembre por la noche. Según el informe, los oficiales del Servicio Secreto fueron llamados alrededor de las 20:00 de ese día para responder al ataque en una calle concurrida en la sección Adams-Morgan de la ciudad.
En el incidente no hubo daños al personal diplomático, de acuerdo con lo confirmado por autoridades cubanas.
Vía X (antes Twitter), Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, calificó el hecho como un “ataque terrorista” y dijo que este es el segundo incidente violento contra la misión diplomática cubana en la capital estadounidense desde abril de 2020, cuando un cubano que había solicitado asilo en Estados Unidos abrió fuego con un AK-47 contra la embajada, rociando la fachada del edificio con casi tres docenas de disparos.
“En aquel entonces, un individuo disparó varias balas contra la embajada utilizando un rifle de asalto. Los grupos anticubanos recurren al terrorismo al sentir que gozan de impunidad, algo sobre lo que Cuba ha advertido reiteradamente a las autoridades estadounidenses”, dijo el diplomático.
Estados Unidos condenó lo sucedido. “Los ataques contra instalaciones diplomáticas son inaceptables”, dijo el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en un comunicado.
“Estamos en contacto con funcionarios de la embajada cubana y las autoridades policiales para garantizar una investigación adecuada y oportuna, así como para ofrecer nuestro apoyo para futuros esfuerzos de protección”, agregó.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, también dijo durante una conferencia de prensa diaria el lunes que “los ataques y amenazas contra instalaciones diplomáticas son inaceptables” y señaló que el Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado “trabaja en estrecha colaboración con las agencias de aplicación de la ley para proteger y mantener la seguridad de las misiones extranjeras en los Estados Unidos”.
“Y lo estamos haciendo ahora con respecto a este ataque en particular en coordinación con el Departamento de Policía Metropolitana de Washington, DC”, agregó Miller.
Este martes, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, condenó el ataque. “Partimos del hecho de que no debe quedar impune, y los responsables de su organización deben ser severamente castigados”. También exigió que EE.UU. “garantice la seguridad de las misiones diplomáticas de estados extranjeros”.
La embajada cubana reabrió en julio 2015 cuando los países restauraron las relaciones diplomáticas cortadas desde 1961, bajo la presidencia de Barack Obama y Raúl Castro.
A principios de este mes, funcionarios estadounidenses y cubanos avanzaron en una serie de cuestiones durante unas conversaciones de alto nivel celebradas en Washington.
Sin embargo, las principales preocupaciones de Cuba son su permanencia en la lista estadounidense de Estados patrocinadores del terrorismo y la continuación, por parte de la administración de Joe Biden, del embargo económico impuesto por Washington en la época de la Guerra Fría.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dijo este martes que “además de investigar y sancionar al culpable, las autoridades norteamericanas podrían ser justas y darles el lugar que merecen en la lista de patrocinadores del terrorismo a quienes auspician estos actos. También por justicia dejen a Cuba fuera de esa lista”.