Bloomberg — El presidente estadounidense, Joe Biden, ofreció al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, una invitación largamente esperada a la Casa Blanca cuando ambos se reunieron por primera vez desde que el dirigente israelí volvió al poder hace nueve meses.
La reunión, celebrada el miércoles en Nueva York, supuso un paso adelante en el alivio de las tensiones entre ambos dirigentes, cuya relación se ha visto deteriorada por el empeño de Netanyahu en socavar al poder judicial israelí.
El dirigente israelí había solicitado una reunión en el Despacho Oval desde que retomó el poder el pasado diciembre, pero Biden se negó durante meses. El presidente y sus principales asesores han expresado su preocupación por la decisión de Netanyahu de incluir partidos políticos de extrema derecha en su coalición de gobierno, los esfuerzos por debilitar el poder judicial y el trato que Israel dispensa a los palestinos.
Pero el deshielo demuestra que Biden sigue dependiendo de Netanyahu para avanzar en sus objetivos en Medio Oriente, incluido un histórico acuerdo de normalización entre Arabia Saudita e Israel.
La Casa Blanca anunció la invitación en un comunicado posterior a la reunión. Biden también insinuó que estaba próxima mientras hablaba con Netanyahu en un hotel de Nueva York, donde asistían a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Espero que podamos vernos en Washington a finales de año”, dijo Biden a Netanyahu.
Los dos hablaron en privado, sin personal, además de su reunión formal, según un alto funcionario de la administración. No hay fecha fijada para la reunión de Netanyahu en la Casa Blanca, dijo el funcionario.
Sin embargo, su conversación no fue del todo positiva. Biden dijo que plantearía a Netanyahu “algunas de las cuestiones difíciles”, como los “valores democráticos que constituyen el núcleo de nuestra asociación, incluidos los controles y equilibrios de nuestros sistemas”, en referencia a las reformas judiciales.
También hablaron del programa nuclear iraní y de la presión estadounidense para que Arabia Saudita e Israel normalicen sus relaciones.
Según un alto funcionario israelí, Estados Unidos e Israel están de acuerdo en proporcionar a Riad un programa nuclear civil, uno de los pilares de un posible acuerdo con los saudíes. Los tres países mantienen complejas conversaciones sobre un acuerdo en virtud del cual Arabia Saudita establecería lazos formales con Israel y recibiría garantías de seguridad de EEUU. Israel preservaría la posibilidad de un futuro Estado palestino.
La reunión sugirió que Biden estaba relajando su cautela hacia Netanyahu, a quien conoce desde hace cuatro décadas. Netanyahu tenía una relación mucho más cálida con el ex presidente Donald Trump, de quien dijo en una ocasión que era “el mejor amigo que Israel ha tenido nunca en la Casa Blanca”.
Esta vez, sin embargo, Netanyahu sólo tuvo elogios para Biden.
“Bajo su liderazgo, señor Presidente, podemos forjar una paz histórica entre Israel y Arabia Saudita”, dijo Netanyahu. “Una paz así nos ayudaría mucho a avanzar hacia el fin del conflicto árabe-israelí, lograr la reconciliación entre el mundo islámico y el Estado judío y avanzar hacia una paz auténtica entre Israel y los palestinos”.
La revisión judicial ha desencadenado nueve meses de manifestaciones multitudinarias en Israel. Los manifestantes que consideran el plan un golpe al carácter democrático de Israel siguieron acosando a Netanyahu en su visita a Nueva York, y varios centenares se congregaron frente al hotel donde se reunió con el presidente estadounidense.
Netanyahu aseguró a Biden que el compromiso de Israel con los principios democráticos no ha cambiado.
“Seguiremos defendiendo los valores que nuestras dos orgullosas democracias aprecian”, afirmó.
El director de la agencia de inteligencia israelí Mossad se unió a la reunión entre Biden y Netanyahu para exponer su postura sobre el programa nuclear iraní, las conversaciones saudíes y los esfuerzos dirigidos por Irán para atentar contra israelíes en todo el mundo, según la oficina de Netanyahu.
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