Buenos Aires — La inflación en Argentina continúa marcando nuevos máximos y en agosto se disparó a 12,4%. Así, la gestión de Alberto Fernández acumuló un avance del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 621,2%, la más alta acumulada por un presidente desde 1991.
Según el reporte oficial, la variación acumulada desde que comenzó el año llegó a 80,2%, mientras que la inflación interanual se situó en 124,4%.
Tras ello, el equipo económico informó mediante una publicación en redes sociales que difundirá un relevamiento propio de precios de manera semanal.
De ese modo, la cuenta oficial de la Secretaría de Finanzas dio a conocer que en la primera semana de septiembre (es decir, entre el 4 y el 10 de este mes) la inflación habría alcanzado un valor del 2,1%.
El recorrido de la inflación en Argentina
Según cálculos de la Fundación Libertad y Progreso, la Presidencia de Alberto Fernández acumuló un avance del IPC de 621,2%, el registro más elevado desde 1991.
“Argentina sufre problemas crónicos con la inflación y queda una vez más demostrado”, analizó Lautaro Moschet, economista de la fundación, quien remarcó: “Durante los 90′, la convertibilidad logró reducir la inflación a niveles estándares a niveles internacionales y gozamos de estabilidad de precios hasta la salida de ese régimen”.
“Más allá de las controversias que puede llegar a generar este tipo de régimen monetario, el secreto está en la imposibilidad que tiene el Banco Central para imprimir dinero a merced de las necesidades de financiamiento que tenga el Gobierno de turno”, consideró en declaraciones a Bloomberg Línea.
- Inflación 2023, mes a mes: enero, 6,0%; febrero, 6,6%; marzo, 7,7%; abril, 8,4%, mayo, 7,8%, junio 6%; julio, 6,3% y agosto,12,4%.
“Por tal motivo, en los primeros años de Néstor Kirchner, la recuperación económica y los buenos términos de intercambio, le permitieron tener las cuentas fiscales relativamente equilibradas, la emisión monetaria y, por lo tanto, la inflación fue relativamente baja”, evaluó Moschet.
Al apuntar al incremento del gasto público a finales de su mandato y durante las administraciones de Cristina Kirchner, indicó: “Tuvieron mayor presión sobre la necesidad de la emisión monetaria y la inflación osciló entre 20% y 40%”. “En la segunda mitad de la década del 2010, la inflación dio un paso más y tocó los 50%, hasta que en el último año tomó una velocidad vertiginosa hasta superar el 120%”, señaló.
“Con el correr de los años, se fueron complementando dos efectos: por un lado, la creciente oferta monetaria y, por el otro, la degradación de la demanda por pesos, ya que, ante la mayor inflación los argentinos comenzamos a repudiar nuevamente nuestra moneda, ya que su depreciación se fue acelerando”, sostuvo.
El economista de Libertad y Progreso manifestó que el país llegó “a una instancia en la que, el Banco Central sigue emitiendo pesos para asistir al Tesoro que nadie quiere tener y, por lo tanto, los precios expresados en esa unidad monetaria son cada vez mayores”.
