Bloomberg — El Banco Central Europeo volvió a subir los tipos de interés, actuando por décima vez consecutiva para ahogar la inflación de la cada vez más débil economía de la zona euro.
En la decisión más equilibrada desde que empezaron a elevar los costes de los préstamos el año pasado, los funcionarios aumentaron la tasa de depósito en 25 puntos básicos, hasta un récord del 4%, y afirmaron que el nuevo nivel de restricción contribuirá de forma sustancial a controlar la inflación.
Los economistas consideran que se trata del punto culminante del ciclo de endurecimiento monetario más agresivo de la región hasta la fecha.
El euro cayó y los bonos subieron tras la decisión. Los operadores recortaron las apuestas a un mayor endurecimiento y ahora sólo ven un 12% de probabilidades de otro aumento en este ciclo.
El Consejo de Gobierno de Fráncfort repitió la frase de que fijará los costes de financiación en “niveles suficientemente restrictivos mientras sea necesario”.
El resultado supone una nueva restricción de la actividad en la eurozona para eliminar las persistentes presiones inflacionistas, lo que asesta un nuevo golpe a una expansión que ya languidecía. Esto sugiere que los responsables políticos han aceptado la necesidad de infligir más dolor a la economía para controlar los precios al consumo.
Economistas e inversores se esforzaron por anticipar el resultado, desde un discurso de la presidenta Christine Lagarde el mes pasado que evitó abiertamente cualquier señal de sus intenciones sobre la decisión.
Las apuestas a favor de una subida crecieron con el paso de las semanas, alentadas en el camino por la advertencia del funcionario holandés Klaas Knot de que los mercados podrían estar subestimando la posibilidad de más medidas.
Las nuevas previsiones de los expertos del BCE presentadas el jueves se habían anunciado como una fuente clave de información para la decisión. Aunque mostraban un crecimiento económico más débil entre 2023 y 2025, también revelaban que la inflación se mantendría por encima del objetivo del 2% en 2025.
Lagarde explicará la decisión en una conferencia de prensa que tendrá lugar a las 14:45 horas en Fráncfort.
Las nuevas previsiones de los expertos del BCE presentadas el jueves se habían anunciado como una fuente clave de información para la decisión. Aunque mostraban un crecimiento económico más débil entre 2023 y 2025, también revelaban que la inflación se mantendría por encima del objetivo del 2% en 2025.
Es probable que la decisión haya sido muy reñida, y todos los indicios apuntaban de antemano a que la propia reunión sería crucial para alcanzar un consenso. Nagel y el letón Martins Kazaks, entre otros, se habían mostrado partidarios de una nueva subida.
Colegas más moderados, como el italiano Ignazio Visco, advirtieron contra un endurecimiento excesivo por los “efectos retardados”.
El Gobernador del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau, por su parte, restó importancia al nivel en el que se establecerán los tipos, insistiendo en que lo que importa más es cuánto tiempo permanecerán ahí.
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