Bloomberg — Desde temperaturas peligrosamente cálidas hasta grandes extinciones de especies, los seres humanos viven en un planeta que se está volviendo inhóspito, con solo tres marcadores clave de salud considerados seguros, según un nuevo estudio científico.
Los investigadores han realizado un examen completo de la aptitud de la Tierra analizando nueve límites que definen un espacio operativo seguro para la humanidad. Hasta ahora se han traspasado seis de ellos y la presión sobre todos está aumentando, según un trabajo de investigación publicado el miércoles en la revista Science Advances.
“Esto no significa que estemos empujando al planeta hacia un colapso irreversible”, afirmó Johan Rockström, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y coautor del artículo. “Pero significa que estamos perdiendo resiliencia: estamos poniendo en peligro la estabilidad del sistema terrestre y la capacidad de amortiguación del sistema terrestre para amortiguar el estrés y los choques”.
Los científicos llevan décadas analizando cómo el cambio climático, impulsado por las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano, afecta a todos los aspectos de la vida en la Tierra. Pero comprender cómo interactúan entre sí los distintos indicadores, y el clima y el ecosistema del planeta en su conjunto, exige desplegar modelos y simulaciones informáticos exhaustivos. El marco de los “límites planetarios” data de 2009, y los investigadores del Centro de Resiliencia de Estocolmo (Suecia) llevan casi 15 años estudiándolos y perfeccionando sus cálculos. Ésta es la primera actualización importante publicada desde 2015.
“Se trata de un verdadero avance científico”, declaró Rockström a la prensa el martes. “Es la primera vez que disponemos de un chequeo científico de la salud de todo el planeta y podemos ofrecer una cuantificación de los nueve límites”.
Entre los límites que se han vulnerado están la disponibilidad de agua dulce, los cambios en el sistema terrestre por actividades como la deforestación, la pérdida y extinción de biodiversidad y las concentraciones de dióxido de carbono. En la actualidad, la Tierra sólo funciona con seguridad en tres ámbitos: el agotamiento del ozono en la estratosfera, la carga de aerosol en la atmósfera y la acidificación de los océanos.
“La acidificación de los océanos avanza rápidamente en la dirección equivocada, lo que llamamos la zona amarilla”, dijo Rockström.
Pero hay motivos para la esperanza, dijo Katherine Richardson, profesora de oceanografía biológica en Dinamarca y autora principal de la investigación. El límite de agotamiento de la capa de ozono se superó en la década de 1990, pero el compromiso mundial de eliminar gradualmente las sustancias que agotan la capa de ozono en virtud del Protocolo de Montreal invirtió esa tendencia.
Richardson advirtió contra algunas soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: Por ejemplo, sustituir los combustibles fósiles por biomasa para obtener energía no debería hacerse a costa de agotar los bosques.
“Durante 3.500 millones de años, las condiciones medioambientales de la Tierra han estado determinadas por la interacción entre la vida y el clima”, dijo. “No vamos a solucionar el problema climático si no respetamos el límite de cuánta biomasa podemos extraer”.
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