Reunión de Putin y Kim mostraría el limitado poder de las sanciones de EE.UU.

La incapacidad de Washington para obligar a Pyongyang a cambiar de rumbo geopolítico mediante sanciones pone de relieve la complicada naturaleza de la política económica de Estados Unidos

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Bloomberg — Los EE.UU. advierten de que Corea del Norte podría pagar caro el suministro de armas a Rusia para que las emplee en Ucrania, con vistas a una prevista y poco habitual reunión entre Kim Jong Un y Vladimir Putin en el Lejano Oriente ruso.

No obstante, Washington dispone de pocas herramientas para convencer a estos dos adversarios geopolíticos del mundo occidental de que refuercen sus vínculos. En declaraciones a la prensa esta semana, el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, declaró que colaborar en armar al presidente de Rusia, Putin, no dejaría en buen lugar a Corea del Norte y que EE.UU. “buscaría ocasiones para desalentar” al régimen de Kim de adoptar una medida de ese tipo.

La vaguedad de sus palabras demuestra que Washington no dispone de muchas opciones para hacer cambiar de rumbo a Corea del Norte. Las numerosas sanciones impuestas por Estados Unidos desde hace años no han conseguido evitar que Kim avance en sus programas de armas nucleares y misiles balísticos. Asimismo, ha negado las acusaciones de la Casa Blanca de que Corea del Norte ya haya enviado proyectiles de su arsenal para socorrer a Moscú en medio de la guerra de Putin en Ucrania, mientras las sanciones de Occidente socavan la base industrial de defensa rusa.

“¿Disponemos de alguna influencia ante Corea del Norte? No se necesita ser neurocirujano para deducir que la respuesta es un contundente, no”, afirmó Joel Wit, exfuncionario del Departamento de Estado que ha entablado negociaciones con funcionarios de Corea del Norte. “Carecemos por completo de influencia alguna respecto a Corea del Norte, salvo que deseemos emprender medidas que conduzcan a una guerra, como interceptar sus buques”.

La incapacidad de Washington para obligar a Pyongyang a cambiar de rumbo geopolítico mediante sanciones pone de relieve la complicada naturaleza de la política económica de Estados Unidos en una época en la que los países, empresas y particulares sancionados pueden seguir haciendo negocios en sectores oscuros de la economía mundial. El hecho de que Rusia se dirija ahora a Corea del Norte e Irán en busca de municiones y aviones no tripulados, respectivamente, habla también de las consecuencias a veces imprevistas de las sanciones económicas, ya que las tres naciones siguen estando fuertemente sancionadas por Estados Unidos.

Pero también dice mucho sobre la terrible situación de Rusia en una guerra que Putin esperaba ganar fácilmente, según el almirante Tony Radakin, jefe del Estado Mayor de Defensa del Reino Unido. “Si eres Rusia y tu manera de intentar gestionar esto es seguir acercándote a países como Irán y Corea del Norte, eso es desesperado”, dijo Radakin el jueves en declaraciones al Instituto Hudson en Washington.

Rusia no sería la única parte que se beneficiaría de un acuerdo en una cumbre Putin-Kim. A cambio, es probable que Pyongyang busque apoyo ruso para sus programas de armas convencionales y posiblemente tecnología avanzada para satélites, submarinos de propulsión nuclear y misiles balísticos, según un análisis publicado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington.

“Incluso el apoyo técnico del ejército ruso para avanzar o modernizar las fuerzas convencionales de Corea del Norte podría alentar a Kim a adoptar un uso de la fuerza más coercitivo, incluso letal”, según el informe. Añadió: “Estados Unidos y sus aliados tienen opciones políticas limitadas para abordar este nuevo desafío”.

Eso no ha impedido que Washington advierta repetidamente a Corea del Norte que abandone sus planes de armar a Rusia.

John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, ha dicho que Rusia se ha visto obligada a recurrir a “regímenes rebeldes” en busca de equipos “en parte debido a las amplias sanciones y controles de exportación que hemos impuesto”.

Kirby señaló las sanciones del 16 de agosto contra tres entidades como prueba de que Estados Unidos “continuará identificando, exponiendo y contrarrestando los intentos rusos de adquirir equipo militar” de Corea del Norte. En marzo, Estados Unidos también sancionó a un ciudadano eslovaco por facilitar acuerdos de armas entre Rusia y Corea del Norte.

Los esfuerzos multilaterales en las Naciones Unidas también han flaqueado, dadas las estrechas relaciones de Corea del Norte con China y Rusia, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que les otorga el poder de vetar resoluciones respaldadas por Estados Unidos que recomiendan más sanciones.

La constante capacidad de Corea del Norte para evadir sanciones con nuevas estrategias y técnicas (incluido el despliegue de trabajadores de tecnología de la información en el extranjero que pueden enviar a casa ingresos provenientes de ataques cibernéticos y otros delitos en línea) crea paradójicamente presión para agregar aún más sanciones.

Con la apertura de Corea del Norte después de su aislamiento de la era Covid-19, los funcionarios del Departamento de Estado temen que algunas de estas actividades puedan aumentar, canalizando nuevos ingresos al régimen de Kim en un momento en que su asociación militar con Rusia se está profundizando.

“Una de las acciones vitales para contrarrestar la actividad actual de Corea del Norte es restringir las actividades cibernéticas del país utilizadas para obtener ingresos y obtener información sensible para los programas nuclear y de misiles”, dijo Maiko Takeuchi, miembro del Consejo de Seguridad de la ONU como miembro del Consejo . Panel de Expertos para Corea del Norte durante cinco años. “Sin embargo, esto no sucederá en el futuro cercano, y la agresiva campaña cibernética de Corea del Norte será incluso más intensa después de la apertura de la frontera”.

Con la asistencia de Peter Martin.

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