Bloomberg — Los líderes del Grupo de los 20 planean advertir que las “crisis en cascada” han planteado desafíos al crecimiento económico a largo plazo y exigen políticas macroeconómicas coordinadas para apoyar la economía mundial, según una persona familiarizada con un borrador del comunicado final.
El grupo, que se reunirá en India este fin de semana, planea decir que la incertidumbre sobre las perspectivas económicas sigue siendo alta y que la balanza de riesgos está inclinada a la baja, dijo la persona. El G20 considera que el crecimiento económico global es desigual y está por debajo del promedio de largo plazo, dijo la persona, lo que se suma a la necesidad de políticas fiscales y monetarias bien coordinadas.
Los líderes también planean indicar que los bancos centrales del G20 siguen firmemente comprometidos a lograr la estabilidad de precios, según la persona, quien agregó que los Gobiernos darán prioridad a medidas específicas para ayudar a los pobres al mismo tiempo que mantienen la sostenibilidad fiscal en el mediano plazo. También advertirán que la reciente agitación bancaria muestra la necesidad de que los encargados de las políticas se mantengan ágiles y se comprometan a monitorear de cerca los riesgos planteados por la evolución de los criptoactivos, informó la persona.
Los líderes G20 se reúnen en un momento en que la economía mundial enfrenta desafíos derivados de una posible recesión en Estados Unidos, la desaceleración de China y una alta inflación que está mermando el poder adquisitivo en todo el mundo. El Fondo Monetario Internacional advirtió en abril que su perspectiva de crecimiento global para los próximos cinco años era la más débil en más de tres décadas, e instó a las naciones a evitar la fragmentación económica causada por la tensión geopolítica.
Esas tensiones fueron evidentes en el período previo a la cumbre de dos días que se llevará a cabo en Nueva Delhi, la que comienza oficialmente el sábado y que no contará con la presencia del presidente de China, Xi Jinping.
El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, había señalado previamente a China por bloquear los esfuerzos para lograr un consenso y le dijo a Bloomberg News en el avión a India que las negociaciones preliminares sobre el clima y la guerra de Rusia en Ucrania habían sido “desafiantes”.
“Resultados fructíferos”
No obstante, mientras muchos líderes del G20 aún no han llegado, personas familiarizadas con las discusiones dijeron que casi todo el texto del comunicado ha sido acordado, excepto una sección que trata sobre geopolítica, que hace referencia principalmente a la invasión de Rusia a Ucrania.
China parece haber abandonado su oposición inicial a la redacción sobre el conflicto entre Ucrania y Rusia, un aliado diplomático clave de China, así como sobre las medidas climáticas, dijeron algunas de las personas.
“Nos gustaría trabajar para que la Cumbre de Nueva Delhi tenga resultados fructíferos”, afirmó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, el viernes temprano en una rueda de prensa habitual en Pekín. “En cuanto al cambio climático, China espera que todas las partes puedan tomar en consideración las preocupaciones de los demás y trabajar conjuntamente para una solución al cambio climático”.
Acción climática
Se espera que los líderes pidan acciones efectivas para limitar el aumento de la temperatura global en comparación con los niveles preindustriales a 1,5 °C, incluso mediante el apoyo internacional a través de las finanzas y la tecnología. Si bien se comprometen a alcanzar un máximo de emisiones para 2025, planean reconocer que no todos los países lo harán dentro de este plazo dadas las diferentes circunstancias de desarrollo y los esfuerzos para erradicar la pobreza.
También planean proseguir con los esfuerzos para triplicar la capacidad de energía renovable a nivel mundial, y apoyar la creación de cadenas de suministro confiables y diversificadas para ayudar a la transición energética, incluso para minerales y semiconductores críticos.
Otro tema abordado en las reuniones previas a la cumbre fueron las contribuciones financieras de los países ricos a los países en desarrollo para ayudar a cubrir la transición verde. Los líderes planean volver a comprometerse a movilizar US$100.000 millones por año y se espera que los países desarrollados alcancen esa meta por primera vez este año.
Los líderes también planean reconocer la importancia de la financiación combinada para abordar los problemas climáticos, un reconocimiento de que el dinero público no es suficiente y que es poco probable que las empresas inviertan en situaciones en las que sus retornos son inciertos. Este enfoque incluye mecanismos de riesgo compartido, en los que el dinero de los Gobiernos o los bancos de desarrollo ayuda a proteger a los inversionistas de acontecimientos imprevistos como los desastres climáticos.
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