Bogotá — Aunque los bancos centrales de Latinoamérica no parecen mostrar una sensibilidad frente a las presiones políticas, especialmente a las quejas de los presidentes frente a las decisiones de tasas, este ruido sí podría tener impacto en otras variables como la curva de rendimiento, las monedas locales, entre otros aspectos, advirtió en entrevista con Bloomberg Línea el cojefe de Calificaciones Soberanas para América Latina en Fitch Ratings, Todd Martínez.
“En América Latina hay un par de ejemplos de países cuyos presidentes se han quejado de vez en cuando por la política monetaria, pero a pesar de eso, incluso en esos países, vemos a instituciones monetarias, bancos centrales, independientes, que no parecen mostrar sensibilidad a esas presiones políticas. Claro, igual no es algo bueno”, dijo el especialista en una videollamada.
En el pasado, presidentes como el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, han criticado las decisiones de política monetaria.
Este mes, y luego de casi tres años, el Banco Central de Brasil completó la primera disminución de las tasas de interés, reduciéndoles en 0,50 puntos porcentuales, hasta el 13,25 % anual.
Todd Martínez destacó que “si bien hace un buen tiempo que América Latina ha consolidado instituciones macroeconómicas más fuertes, a pesar de eso hay memorias que todavía podrían ser bastante frescas de períodos de alta inflación”.
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“Y claro, es una región que destaca por algo de sensibilidad al populismo. Así que en un contexto de inflación, de crecimiento que se está desacelerando y presidentes que hacen ruido populista, a veces es natural esperar alguna sensibilidad de los mercados a todo ese ese ruido”, aseguró.
Detalló que ese ruido político se refleja principalmente en torno a políticas microeconómicas, cambios de reglas de juego para algunos sectores energéticos, entre otros.
“Así que el ruido en sí mismo podría complicar las cosas”, apuntó.
De cara al giro político que podrían dar países como Argentina en las elecciones, señaló que “no está claro si va a haber grandes cambios”, aunque sí se podrían afectar las perspectivas para algunos sectores.
“Creo que el mejor ejemplo sobre el cual más se habla es México. Tiene un presidente que no ha tocado políticas muy prudentes en cuanto a lo fiscal y monetario, pero ha hecho bastante ruido sobre temas microeconómicos”, manifestó Martínez.
Explicó que si se analiza en retrospectiva “hay algo de evidencia de que eso sí estaba socavando las intenciones de inversión. A pesar de eso ahora estamos viendo mejores cifras de inversión saliendo de México, tal vez ese ruido político no está preocupando tanto a la comunidad inversionista. También hay un efecto de nearshoring que está ayudando”.
En “otros países como Colombia, Chile tal vez, los dos presidentes de izquierda que han prometido grandes cambios, ese ruido podría conllevar a un wait and see approach (esperar antes de tomar cualquier acción) de parte de la gente que invierte en la economía real”.
La lucha contra la inflación: ¿qué efecto tendrá en las tasas?
Latinoamérica aún no canta victoria en la batalla para contener el aumento del costo de vida y por lo tanto, a excepción de mercados como Chile o Brasil, la mayoría de bancos centrales en la región se mantienen cautos frente a una eventual bajada de las tasas de interés.
El cojefe de Calificaciones Soberanas en Fitch Ratings subraya que de todas las regiones emergentes del mundo, “América Latina se destaca por ser muy proactiva para combatir este choque inflacionario”.
“Muchos de los bancos centrales de la región, de las economías más grandes, estuvieron entre los primeros y los más agresivos en aumentar las tasas de interés, cuando comenzó a subir la inflación. Creo que un resultado de eso ha sido que ha habido bastante poco desanclaje de las expectativas económicas. Estamos viendo que gracias a eso una desaceleración bastante fuerte en muchos de esos países (de la inflación)”, comentó.
No obstante, matizó que la inflación subyacente sigue bastante por encima de la headline: “Eso quiere decir que parte de la desinflación tiene que ver con menores precios de energía y comida, pero que a la vez sigue habiendo un poco de inercia en el resto de los bienes por temas de indexación y presión en los salarios”.
“Pero estamos previendo que muchos países de la región se van a seguir desacelerando y que esas presiones subyacentes también podrían disminuir”, añadió.
Martínez explica que ese aumento de tasas “proactivo y agresivo” en América Latina también evitó mucha presión en los tipos de cambio en la región.
Por lo que con tasas más bajas ahora se esperaría una depreciación de algunas monedas locales.
En su opinión, esto no cae del todo mal y “podría ser algo bienvenido” después de una apreciación de varias monedas de la región, especialmente refiriéndose al caso de México, Costa Rica o Uruguay.
Pero en términos generales comentó que no se esperan grandes depreciaciones en la región por ese relajamiento monetario.
“Sí estamos proyectando algo de depreciaciones en Colombia y Brasil, por ejemplo, aunque tienen tasas muy altas ahora, pero esperamos reducciones en los próximos meses, En general, estamos proyectando tipos de cambio bastante estables en los próximos años, pero es un supuesto que estamos haciendo”, anotó.
Finanzas externas de los países de LatAm
El analista manifestó que en América Latina solo hay algunas excepciones de países que tienen unas finanzas externas débiles.
Para el vocero de Fitch las economías regionales más grandes, como Brasil, México, Colombia, Chile y Perú, tienen finanzas externas y liquidez externa bastante fuerte.
En muchos casos es por reservas internacionales muy altas de los bancos centrales como en Brasil, agregó.
Y en otros responde a que tienen tipos de cambio muy fluctuantes, así que es “un amortiguador que siempre asegura cierto grado de liquidez externo”.
No obstante, mercados como “Chile, Colombia y Perú sí tenían altos déficits de sus cuentas corrientes, lo que podría haber sido un riesgo, pero se están observando correcciones bastante importantes en esa variable para esos países”.
En la otra cara, se refirió a otros países en donde sí perciben riesgos asociados a las finanzas externas como Argentina, “que no tiene reservas, no tiene acceso a los mercados internacionales y donde hay una demanda latente a nivel local muy fuerte para los dólares, así que está enfrentando un estrés externo”.
“Bolivia es otro ejemplo. Entró en una crisis de balance de pagos este año porque es un país que depende de los commodities y tiene un tipo de cambio fijo. Esa una mezcla que requiere altos niveles de reservas y Bolivia ha agotado sus reservas internacionales. Así que Bolivia es un país donde vemos fuertes riesgos a su economía por esas restricciones de liquidez”, aseguró.
Asimismo, se refirió a el caso de El Salvador, “un país que tampoco tiene buen acceso a los mercados internacionales. El Gobierno no tiene mucha liquidez, así que eso implica cierto freno a su economía, está quitando flexibilidad y espacio contracíclico de la política fiscal en ese país”.
La desaceleración de la economía china y su efecto en Latinoamérica
La economía china está afrontando vientos en contra y esta situación podría desencadenar varios efectos en los mercados que exportan a ese destino o que dependen de la inversión del gigante asiático por medio de distintos mecanismos de préstamo.
En todo caso, para el analista de Fitch, China realmente no es un prestamista tan relevante para la región en este momento, salvo algunas excepciones.
Argentina, por ejemplo, tiene un swap con China que ha utilizado este año para mantenerse al día en los pagos con el Fondo Monetario Internacional, recordó.
En el pasado, dijo, sí había una marcada dependencia por parte de algunos mercados de la región como Venezuela o Ecuador.
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No obstante, “China ya no es un prestamista tan relevante para América Latina. Así que también una deceleración en China no necesariamente significa una menor disponibilidad de financiamiento, no funciona así”.
Para Martínez es más relevante analizar qué efectos tendría la desaceleración del gigante asiático en la economía real en la región, “teniendo en cuenta que China es el mayor destino de exportaciones para muchos países”.
“América Latina exporta commodities a China, así que si China se desacelera, pero esos precios se mantiene altos, no necesariamente es una mala noticia para la región. El caso contrario sería el de países de Asia emergente que están integrados en las cadenas de valor de China, en donde un menor crecimiento sí afecta la producción en esos países”.
“Estamos viendo a China desacelerándose, pero los precios del petróleo y algunos otros commodities estables o en aumento. Así que en este contexto, si viene una deceleración de China no es una buena noticia, pero no es la mala noticia que habría sido en otros momentos para la región”.
El efecto del nearshoring: ¿qué países son los mejores candidatos?
Los flujos derivados del nearshoring han llamado particularmente la atención este año en mercados de la región como México.
Desde Fitch Ratings, Todd Martínez analiza que “México es el gran candidato en esta discusión” alrededor de los efectos positivos del nearshoring, aunque considera que “todavía es difícil identificar un claro efecto” en las tasas de inversión.
“No es tan claro que ha llegado ese efecto, pero sí hay evidencia anecdótica, encuestas y algunos anuncios de algunas inversiones que sugieren que si está ese efecto, que ha llegado al país. Más que todo por la alta utilización de capacidad de los parques industriales del norte, así que es algo que todavía estamos analizando. Los datos no muestran un fuerte efecto, pero eso claramente es un upside para la región”, analizó.
Sobre este tema señaló que hay mayor consenso entre los analistas con respecto a que hay un claro efecto del nearshoring en Costa Rica: “Nos ha sorprendido mucho su fortaleza no solo saliendo de la pandemia y podría ser por un efecto nearshoring”.
“Buenas cifras de inversión extranjera directa y también mucha evidencia anecdótica de la llegada o la expansión de compañías en ese país por el efecto nearshonring. Así que para nosotros ese es el país donde tal vez hay la mejor evidencia de un efecto en la región”, agregó.
En este sentido, comentó que si bien el resto de Centroamérica podría tener un beneficio similar, “no se ve tanta evidencia de un efecto en los otros países de la región, lo que podría explicarse posiblemente por temas de gobernanza o ESG. Puede ser que las compañías estén algo más renuentes a invertir en esos países por instituciones más débiles o democracias más frágiles comparado con Costa Rica”.
Aun así destacó que puede haber otros candidatos a beneficiarse por el efecto del nearshoring en Latinoamérica y el Caribe, nombrando especialmente a República Dominicana, que se destaca por “una estabilidad política, instituciones que se han fortalecido”.