Bloomberg — Los pedidos de las fábricas alemanas se desplomaron en julio, señal de que los problemas de la mayor economía europea continuaron en el tercer trimestre.
La demanda disminuyó un -11,7% respecto a junio, mucho peor que la caída del -4,3% esperada por los economistas en una encuesta de Bloomberg. Ese descenso - el peor desde el punto álgido de la pandemia en 2020 - se debió a los grandes pedidos, sin los cuales el indicador habría aumentado un 0,3%. La caída de esta serie volátil se produjo después de tres meses de subidas.
Tras la recesión invernal provocada por la guerra de Rusia en Ucrania, la producción alemana no creció en el segundo trimestre y probablemente se estancará en el tercero.
En los tres últimos meses de 2023 sólo se prevé un crecimiento del +0,1%, por lo que algunos han revivido la etiqueta de “enfermo de Europa” asignada a Alemania tras su reunificación en 1990.
Preguntado por el apodo de “enfermo”, el Presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, reconoció que la situación actual no es buena.Sin embargo, señaló la fortaleza del mercado laboral, afirmando que está en mejores condiciones que en la década de 1990. Eso hace que las comparaciones con ese periodo sean erróneas.
“Alemania no es el enfermo de Europa”, afirmó. “Creo que es un diagnóstico erróneo” y “deberíamos tener más confianza en nosotros mismos”, dijo. “Es cierto que entramos en una recesión técnica en el semestre de invierno y que el desarrollo económico desde entonces no ha sido satisfactorio”, declaró al diario Handelsblatt en una entrevista. “Pero: Esperamos que el panorama vuelva a mejorar”.
La industria ha sido la que más ha pesado, debido a la escasa demanda de China, la segunda economía mundial, que a su vez está perdiendo impulso.
Los datos del sector manufacturero alemán, que se publicarán el jueves, también podrían mostrar la debilidad actual, y la estimación mediana de los economistas prevé una tercera contracción mensual consecutiva.
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