Bloomberg — Las especies no autóctonas (desplazadas por el comercio y los viajes mundiales o por el cambio climático) suponen “una grave amenaza mundial” para la biodiversidad local, la seguridad alimentaria y la salud pública, según un nuevo informe.
Esta amenaza “infravalorada, subestimada y a menudo no reconocida” de las especies exóticas invasoras supuso un coste económico mundial de más de US$423.000 millones anuales en 2019 y desempeñó un papel clave en la mayoría de las extinciones de plantas y animales, según un informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas publicado el lunes.
Se han introducido más de 37.000 especies exóticas en todo el mundo como consecuencia de la actividad humana, transportadas de un lugar a otro en el agua de lastre de los barcos, por ejemplo. De ellas, 3.500 resultaron ser nocivas e invasoras al causar estragos en las especies animales y vegetales locales.
Los cangrejos de orilla europeos han dañado los criaderos comerciales de marisco en Nueva Inglaterra y Canadá, mientras que los falsos mejillones del Caribe han desplazado a las almejas y las ostras en el océano Índico, según el informe, que cita casos en los que se interrumpieron las cadenas de suministro de alimentos. Las especies de mosquitos, que migran más al norte a medida que se calienta el planeta, han propagado la malaria, el Zika y la fiebre del Nilo Occidental a zonas que antes no estaban afectadas, lo que subraya el riesgo para la salud pública.
A medida que el calentamiento global sigue haciendo nuevas zonas habitables para las especies exóticas y el comercio y los viajes internacionales vuelven a los niveles anteriores a la pandemia, los países tienen que reforzar la bioseguridad fronteriza, hacer cumplir estrictamente los controles de importación y desplegar sistemas de detección precoz, dice el informe. Los responsables de formular las políticas también tienen que redoblar el “vital” Marco Mundial de la Biodiversidad de Kunming-Montreal, cuyo objetivo es frenar la invasión de especies exóticas agresivas al menos en un 50% para 2030.
“Las especies exóticas invasoras han sido un factor importante en el 60% y el único impulsor en el 16% de las extinciones mundiales de animales y plantas que hemos registrado”, declaró el profesor Anibal Pauchard, copresidente de la Evaluación.
Añadió que, entre las especies exóticas, se sabía que eran invasoras alrededor del 6% de las plantas, el 22% de los invertebrados, el 14% de los vertebrados y el 11% de los microbios, y señaló que las comunidades indígenas y las que dependen de la naturaleza para su subsistencia eran las más expuestas.
El efecto más perjudicial se registró en las islas. El informe descubrió que el número de plantas exóticas superaba al de plantas autóctonas en más del 25% de todas las islas. La tierra, sobre todo en las zonas boscosas y cultivadas, era más vulnerable a estas especies invasoras que los hábitats de agua dulce y marinos.
“Sería un error extremadamente costoso considerar las invasiones biológicas sólo como un problema ajeno”, afirmó Pauchard. Aunque los daños infligidos varían de un lugar a otro, “se trata de riesgos y desafíos con raíces globales pero repercusiones muy locales, a los que se enfrentan personas de todos los países, de todos los orígenes y de todas las comunidades.”
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