Bloomberg — Italia aprobó el lunes un decreto que le otorga poderes para tomar una participación en el negocio de redes de Telecom Italia SpA, en el marco de un esfuerzo del Gobierno de la Primera Ministra Giorgia Meloni por afirmar un mayor control sobre los activos estratégicos.
El decreto da el visto bueno al acuerdo con el fondo de capital riesgo estadounidense KKR & Co. para controlar conjuntamente la red de Telecom Italia. Según el acuerdo, en el que se ha estado trabajando durante meses, Italia tiene derecho a hacerse con hasta el 20% del negocio, el más valioso de la cartera del antiguo monopolio.
“Nuestra visión es la que siempre ha apoyado el centro-derecha: tomar el control estratégico de la red de telecomunicaciones y proteger el empleo”, dijo Meloni durante la reunión del gabinete, según un comunicado distribuido por su oficina.
“Lo que estamos haciendo hoy es un primer paso, al que seguirán decisiones más orientadas al mercado”, añadió.
KKR firmó este mes un acuerdo preliminar para incluir al Gobierno en su oferta de 23.000 millones de euros (US$25.000 millones) por la red, de la que Telecom Italia se está deshaciendo en un esfuerzo por reducir una deuda bruta de más de 30.000 millones de euros.
El Gobierno está dispuesto a gastar hasta 2.200 millones de euros en la operación, según declaró el Ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, en una rueda de prensa en Roma. Añadió que aún es posible que el prestamista estatal Cassa Depositi e Prestiti desempeñe un papel “compatible con los límites antimonopolio”.
Cómo y por cuánto vender el activo ha sido durante años un tema polémico con el mayor accionista de la empresa, la francesa Vivendi SE, que anteriormente se opuso a la operación.
Aunque la empresa es de propiedad privada, el negocio de las telecomunicaciones está bajo la supervisión del Gobierno, que tiene derecho a vetar las operaciones relacionadas con lo que considera activos estratégicos.
El motivo de la decisión del Gobierno de tomar una participación es “tener voz en cuestiones de seguridad e infraestructuras que son vitales para el futuro del país”, dijo Giorgetti.
La coalición de Meloni, que heredó del Gobierno del ex primer ministro Mario Draghi en 2022 la asignatura pendiente de qué hacer con el negocio de las redes, prometió proteger a los 40.000 empleados de Telecom Italia, pero durante meses discrepó sobre la mejor manera de proceder.
La decisión de implicarse directamente en la propiedad de la empresa refleja la estrategia intervencionista de Meloni y su interés por mantener un control directo sobre el negocio.
El antiguo monopolio de telecomunicaciones se enfrenta a una compleja combinación de elevados costes laborales y necesidad de inversiones cada vez mayores para modernizar sus infraestructuras.
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