El nearshoring, la estrategia industrial que implica la reubicación de fábricas y operaciones de producción en países cercanos, está generando en América Latina nuevas inversiones que comienzan a generar un efecto derrame en la región, sin embargo México se consolida como el principal destino.
Esta modalidad ha encontrado en México un lugar ideal para que las empresas estadounidenses puedan prosperar. La proximidad geográfica y la frontera compartida lo convierten en un destino atractivo al reducir costos en producción y logística. Además, los tratados de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá aligeran los aranceles y facilitan la expansión de las exportaciones.
Es así que hoy, alrededor del 80% de la producción industrial de México se dirige a Estados Unidos, lo que refuerza su posición como un centro neurálgico para el nearshoring.
La inversión extranjera directa ha alcanzado niveles récord, según el banco global Barclays. Esto no solo ayudará a la economía mexicana a resistir los desafíos económicos de Estados Unidos y las secuelas de la pandemia, sino que también contribuirá a su crecimiento sostenido.
Ejemplo de ello es que México y Canadá remplazaron a China como principales proveedores de bienes a Estados Unidos, dado que el nearshoring fomenta una mayor diversificación de las cadenas de suministro.
Bloomberg dio cuenta que EE.UU. importó cerca de US$203.000 millones en bienes de China en los primeros seis meses del año, 25% menos que en el mismo período en 2022, según los últimos datos no ajustados del Departamento de Comercio. El país asiático es ahora el tercer mayor proveedor de mercancías a EE.UU., detrás de México y Canadá.
¿A dónde van las inversiones?
Según un estudio de Deloitte, se espera que el mercado de nearshoring crezca a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 10,3% de 2021 a 2025.
Por otro lado, estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el nearshoring podría incrementar las exportaciones globales de América Latina y el Caribe en US$78.000 millones anuales, de los cuales US$35.300 millones corresponderían a México.
Un estudio reciente de IDC, concluyó que América Latina ofrece al mercado norteamericano una combinación única de proximidad geográfica y socios con capacidades desarrolladas, y con la madurez suficiente para brindar servicios de calidad.
Entre los países con potencial no sólo se destaca México, sino también Guatemala y El Salvador. Al mismo tiempo que las industrias beneficiadas por la demanda de estos servicios son variadas: automotriz, textil, farmacéutica, energías renovables y el sector IT.
A pesar de que la región centroamericana cuenta con una ubicación de privilegio, otros países podrían ver incrementar sus exportaciones de la mano del nearshoring. Las proyecciones del BID indican que Argentina podría exportar adicionalmente US$3,91 millones; Brasil US$7,84 millones; Colombia US$2,57 millones; y Chile, Costa Rica y República Dominicana con más de US$1.500 millones.
La recuperación económica y la posibilidad de combatir la inflación en la región es una de las principales consecuencias que tendrá la consolidación del nearshoring, al reubicar en las Américas entre US$30.000 y US$50.000 millones de inversiones que se han ido a Asia.
Un ejemplo de empresa norteamericana que apostó por la producción en Argentina es Whirlpool, estableciendo una fábrica de lavarropas con sede en Pilar, da cuenta Ruben Belluomo, Gerente Comercial de Infor Cono Sur. “La compañía estadounidense encontró una oportunidad en el país debido a las trabas de producir en países muy lejanos en el contexto de la pandemia por el Covid-19. Con la tendencia del offshoring habían instalado sus plantas en China, para luego descubrir que la competitividad no se logra solo por costos, sino que es importante contar con una cadena estable que apueste por la generación de valor”.
Atraer la oportunidad
En un esfuerzo por fortalecer su posición en el escenario global y fomentar la inversión extranjera directa, la región debe dar pasos significativos hacia la mejora de su ambiente de negocios y la modernización de su infraestructura comercial. Estas medidas son clave para atraer inversiones y aumentar la competitividad de la región en el mercado internacional.
Según datos del BID se estima que cada dólar invertido en la promoción de inversiones genera un retorno de hasta US$41,7 en inversión extranjera directa adicional. Esta relación entre inversión y retorno demuestra la efectividad de las estrategias implementadas para atraer capitales y mejorar las oportunidades de exportación.
La inversión en infraestructura será otro pilar crucial en el proceso de mejora del ambiente de negocios. La construcción de carreteras seguras, la expansión de puertos con mayor capacidad, la eficiencia en los procesos aduaneros y la mejora en la conectividad y el transporte digitalizado contribuyen a la creación de un entorno propicio para el comercio y la inversión extranjera. Estos avances no solo reducen los costos operativos para las empresas extranjeras, también agilizan los flujos comerciales y logísticos.
Por su parte, Latinoamérica reconoce la importancia de una integración regional sólida para fomentar el crecimiento económico y la competitividad a través de acuerdos comerciales preferenciales. Esta integración sin fricciones proporcionaría a las empresas una base más amplia de operaciones y clientes potenciales, impulsando aún más la inversión extranjera y el desarrollo económico regional.