Bloomberg — La Agencia de Seguridad Interna de Polonia está investigando si un brote de legionelosis en Rzeszow puede haber sido un acto de sabotaje, dado el papel de la ciudad como centro de suministros de la OTAN a Ucrania.
La enfermedad pulmonar mató a siete personas en Rzeszow, mientras que 113 están hospitalizadas, según las autoridades locales. La investigación pretende descartar cualquier acto externo que pudiera haber provocado el brote, declaró en X Stanislaw Zaryn, portavoz de los servicios de seguridad polacos, confirmando una información de la radio RMF.
Rzeszów, a unos 100 kilómetros de la frontera ucraniana, se convirtió en la puerta de entrada de la ayuda humanitaria y los suministros militares de Occidente desde que Rusia comenzó su invasión hace 18 meses.
La ciudad, de unos 200.000 habitantes, acoge a soldados estadounidenses, así como al sistema de defensa antiaérea Patriot, y ha sido un centro de tránsito para muchos funcionarios de camino a Kiev, entre ellos el presidente estadounidense Joe Biden, el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente francés Emmanuel Macron.
Las autoridades locales están realizando pruebas y esperan conocer el origen del brote el lunes, declaró a RMF Ewa Leniart, jefa del gobierno de la región. Lo más probable es que las infecciones fueran causadas por el agua del sistema de abastecimiento y la situación está bajo control, afirmó.
La legionelosis es un tipo de neumonía causada por la bacteria Legionella, que por término medio causa la muerte en el 5%-10% de los casos, según la Organización Mundial de la Salud. Las personas pueden enfermar cuando respiran gotitas de agua o tragan agua que contiene la bacteria.
En 2021, se registraron unos 10.700 casos de la enfermedad en la Unión Europea, con 704 víctimas mortales conocidas, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades.
La preocupación por posibles actividades hostiles del Kremlin ha aumentado a medida que se prolonga la guerra. Las autoridades polacas detuvieron este año al menos a 15 personas acusadas de espiar para Rusia. En marzo, el Ministerio del Interior declaró que los sospechosos pretendían paralizar las entregas de equipos, armas y ayuda a Ucrania.
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