Bloomberg — Michael Jordan es el más grande jugador de baloncesto de la historia. Y también es el más rico.
Este mes, cuando la leyenda de la NBA (según sus siglas en inglés, Asociación Nacional de Baloncesto) vendió su participación en el equipo Charlotte Hornets, consolidó su patrimonio neto en unos US$3.500 millones, de acuerdo con el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, que calcula su fortuna por vez primera.
Jordan, que condujo a los Chicago Bulls a conquistar 6 títulos de la liga y obtuvo 5 premios MVP (por sus siglas en inglés, jugador más valioso), es un ícono cultural y su imagen es universal, tanto en la silueta de sus zapatillas como en su rostro sonriente en las cajas de Wheaties (cereal) que se pueden coleccionar por US$100. Este deportista del Salón de la Fama fue el primer propietario de raza negra de la liga estadounidense en el año 2010, al adquirir una parte mayoritaria de los Hornets, entonces denominados Bobcats. Sin embargo, fue un acuerdo de licencia con Nike Inc. (NKE) en los años ochenta, cuando Jordan aún era bastante desconocido, lo que constituyó los cimientos de su innovadora fortuna.
Esta operación de venta de la participación de Michael Jordan en los Hornets llega poco después de un destacado año 2022 en cuanto a transacciones de equipos y confirma la posición de la NBA entre las ligas más rentables del mundo. Durante los últimos años, el valor de estas franquicias ha aumentado vertiginosamente, gracias a los multimillonarios que han empleado sus grandes recursos en hacerse propietarios de ellas. En el 2022, Mat Ishbia, quien fundó el prestamista hipotecario mayorista UWM Holdings Corp, acordó comprar más del 50% del equipo Phoenix Suns en una operación récord que lo valoró en US$4.000 millones.
Jordan vendió su propiedad en los Hornets a un grupo liderado por Gabe Plotkin, fundador de Melvin Capital Management, y Rick Schnall, copresidente de la firma de capital privado Clayton, Dubilier & Rice. Como parte del acuerdo de US$3.000 millones, Jordan retiene una participación minoritaria no revelada, según el equipo. La estimación de Bloomberg supone que vendió una participación del 65% en el equipo y se quedó con menos del 5%.
“Ahora es el momento adecuado para entregar las riendas”, dijo Jordan, de 60 años, en una carta abierta del 3 de agosto a los fanáticos de los Hornets. “Estoy emocionado de ver lo que nos depara el futuro y espero apoyar al equipo y a la comunidad en mi nuevo rol durante muchos años más”.
Un portavoz de la oficina familiar de Jordan se negó a hacer comentarios para esta historia.
El consejo de mamá
Aparte de los Hornets, gran parte de la riqueza de Jordan proviene de su exitosa línea de ropa Jordan Brand en Nike, que fue el tema de la película Air de este año dirigida por Ben Affleck . Su madre, Deloris Jordan, fue fundamental para conseguir ese acuerdo, dijo Jordan en la serie documental The Last Dance (El útltimo baile) que se emitió por ESPN y Netflix.
“Mi madre dijo: ‘Vas a ir a escuchar. Puede que no te guste, pero vas a ir a escuchar ‘”, dijo Jordan en la docuserie.
En 1984, firmó un contrato de cinco años con Nike por US$2,5 millones. Poco después se presentó el primer modelo Air Jordan. El año pasado, Jordan Brand registró US$5.100 millones en ingresos, lo que representa casi el 11% de las ventas totales de Nike, según documentos de la empresa.
Thilo Kunkel, director del Centro de Investigación de la Industria del Deporte de la Universidad de Temple, dijo que hay “especulación descabellada” sobre cuánto ha ganado Jordan con Nike. Por lo general, estos acuerdos incluyen regalías más pagos estilo bonificación cuando se alcanzan ciertos umbrales de ventas.
“Si fuera su propia marca, tendría una capitalización de mercado bastante decente que rivalizaría con algunas de las Under Armour del mundo”, dijo. “Es casi como una marca deportiva de lujo en este momento”.
El cálculo del índice Bloomberg estima que ganó una regalía del 5% sobre las ventas de Air Jordan, así como ingresos por acuerdos de patrocinio y su salario en la NBA. Nike no respondió a las solicitudes de comentarios sobre las ganancias de Jordan.
Como Mike
En los últimos años, otros atletas han buscado sus propios acuerdos de marca a largo plazo con líneas de ropa deportiva con la esperanza de ser “como Mike”. Under Armour Inc. anunció en marzo que llegó a un acuerdo a largo plazo con la estrella de la NBA Steph Curry para su marca Curry que incluye un pago anual en efectivo, incentivos, regalías y acciones. Y la estrella de la NBA LeBron James acumuló una fortuna de aproximadamente US$1.500 millones a través de patrocinios, inversiones y su propio negocio de consumo y entretenimiento, SpringHill Co., según el índice.
Simeon Siegel, analista de BMO Capital Markets, dijo que la marca Jordan lo ha “trascendido” como jugador. Muchos de sus clientes son demasiado jóvenes para haberlo visto jugar baloncesto profesional.
“Jordan como persona y Jordan como marca han ayudado a dar forma a Nike, así como a todo el panorama de la indumentaria deportiva”, dijo.
Luego están los otros respaldos. Firmó un contrato de 10 años y US$13,5 millones con Gatorade, que dio lugar a un famoso anuncio de televisión de 1991 llamado “Be Like Mike”. Ha aparecido en las cajas de Wheaties 19 veces, más que cualquier otro atleta. En 1991, en la cima de su carrera, el New York Times informó que ganaba entre US$15 y US$20 millones al año gracias a acuerdos con varias marcas.
También ha realizado apuestas en otros negocios relacionados con el deporte. En 2020, lanzó 23XI Racing de Nascar, cuya plantilla incluye a Bubba Wallace, el único piloto negro del circuito. Ese mismo año, a Jordan se le concedió una participación accionaria en DraftKings Inc. (), donde se desempeña como asesor especial de la junta. No se revela el tamaño de su participación en la empresa de apuestas deportivas, que comenzó a cotizar en bolsa en abril de 2020.
Un portavoz de DraftKings declinó hacer comentarios.
Las ganancias que recibió como jugador tampoco son nada despreciables. Le pagaron más de US$90 millones durante su carrera con los Bulls y los Washington Wizards, según Spotrac, que rastrea los contratos deportivos.
El legado de Charlotte
Jordan, que creció en Wilmington, Carolina del Norte, dijo que era un sueño tener un equipo en su estado natal. Jugó en la Universidad de Carolina del Norte con el legendario entrenador Dean Smith, quien lo animó a convertirse en profesional después de su tercer año. Jordan calificó sus años universitarios como la experiencia “más pura” para él como jugador.
Durante The Last Dance, Jordan se rió mientras escuchaba a su madre leer en voz alta una carta que escribió en la universidad pidiéndole que le enviara estampillas y depositara dinero en su cuenta porque le faltaban US$20.
Jordan compró su participación mayoritaria en los Charlotte Bobcats en 2010 por una valoración de 275 millones de dólares y luego cambió su nombre nuevamente a Hornets. El equipo no tuvo mucho éxito durante el mandato de Jordan como propietario mayoritario y no logró avanzar más allá de la primera ronda de los playoffs en ninguna temporada.
Antes de vender su participación, Jordan tomó medidas para garantizar que los Hornets permanecieran en Charlotte. En 2022, la ciudad extendió el contrato de arrendamiento del equipo hasta 2045 y acordó un acuerdo de US$275 millones que renovaría su estadio en la parte alta de la ciudad y ayudaría a construir una nueva instalación de práctica.
“Aunque no tuvimos tanto éxito en la cancha como a mí y a muchos de ustedes nos hubiera gustado, estoy orgulloso de las cosas que logramos como organización”, dijo Jordan en su carta a los fanáticos.
Con la asistencia de Pei Yi Mak y Kim Bhasin.
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