Los principales aliados de Washington en Oriente Medio se acercan a China

Arabia Saudita, EAU y Egipto se disponen a unirse a los BRICS con Irán y Etiopía

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Bloomberg — Algunos de los principales aliados de Estados Unidos en Oriente Medio (incluido el mayor exportador de petróleo del mundo) se están acercando a la órbita de China y Rusia, complicando aún más la geopolítica trastornada por la invasión rusa de Ucrania.

Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Egipto están a punto de unirse a la agrupación BRICS de los principales mercados emergentes, tras ser invitados el jueves durante una cumbre en Sudáfrica. Es probable que se conviertan en miembros a principios del próximo año, junto con Irán, Argentina y Etiopía.

La medida forma parte de un impulso de los dirigentes de las naciones BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) para aumentar la influencia del grupo y contrarrestar el poder de Estados Unidos sobre la economía y el comercio mundiales, incluso mediante el papel del dólar estadounidense.

También indica la determinación de Arabia Saudita, los EAU y Egipto de reforzar su condición de potencias medianas, evitando al mismo tiempo tomar partido en un mundo cada vez más dividido entre Washington y Pekín.

EAU declaró que la invitación refleja su “voluntad de defender el valor del multilateralismo”.

“Los Estados del Golfo se han reafirmado con más fuerza en la escena mundial, adoptando una vía más independiente que sirve ante todo a sus intereses”, declaró Bader Al-Saif, profesor de la Universidad de Kuwait.

Estados Unidos ha intentado restar importancia a la expansión de los BRICS, y el Consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, afirmó a principios de esta semana que Washington no los considera un rival geopolítico en ciernes.

El Consejo de Seguridad Nacional declinó hacer más comentarios el jueves. Pero, en una declaración posterior a la reunión de Sullivan con sus homólogos de Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido, la Casa Blanca afirmó que el Grupo de los 20 era “el principal foro de cooperación económica”.

El G20 incluye a Estados Unidos, la Unión Europea y todos los BRICS, además de Arabia Saudí y Argentina.

Dominio del dólar

Aunque Arabia Saudita y Rusia ya tienen mucha influencia en el mercado del petróleo gracias a su liderazgo en el cártel de la OPEP+, el desarrollo de los BRICS pone más de relieve el dominio del dólar estadounidense en el comercio de la energía. Sobre todo porque en el grupo ampliado hay tanto productores como importadores masivos. China es el mayor comprador mundial de crudo, mientras que Arabia Saudí es el principal exportador.

China y otros países BRICS han expresado su deseo de comprar energía en otras monedas. Pero cualquier medida para transformar el antiguo sistema del petrodólar sería complicada. Tanto Arabia Saudita como los EAU vinculan sus monedas al dólar. Y necesitarían que cualquier otra moneda en la que se les pagara rivalizara con el billete verde en términos de liquidez y como depósito de valor.

Como parte de ello, tendría que haber una mayor demanda de bonos emitidos en las monedas de los BRICS, escribieron el jueves los analistas de ING, entre ellos el jefe de mercados del banco, Chris Turner.

Hasta entonces, “sospechamos que será una progresión de una década hacia un mundo multipolar”, dijeron. Sería “un mundo en el que quizá el dólar, el euro y el renminbi se conviertan en las monedas dominantes en América, Europa y Asia, respectivamente”.

Aun así, formar parte de los BRICS ofrecerá a Arabia Saudita y a EAU la oportunidad y la flexibilidad de depender menos del dólar en caso necesario. Ambos han expresado su preocupación por que la imposición por parte de EE.UU. de controles a la exportación, sanciones financieras y topes al precio del petróleo contra Rusia desde que inició la guerra contra Ucrania pueda sentar un precedente.

“Están preparando el terreno para una planificación de contingencia en caso de que las relaciones con Estados Unidos se deterioren significativamente”, declaró Torbjorn Soltvedt, analista principal para Oriente Medio y el Norte de África de la consultora de riesgos Verisk Maplecroft, con sede en el Reino Unido.

Arabia Saudita está gastando billones de dólares para diversificar su economía, invirtiendo en todo, desde nuevas ciudades hasta deportes y vehículos eléctricos. El príncipe heredero Mohammed bin Salman, líder de facto del reino, considera que para alcanzar ese objetivo es crucial estrechar lazos con países como China e India.

“Nuestra política exterior se centra principalmente en establecer sólidas asociaciones económicas, en primer lugar para apoyar el desarrollo económico del reino”, declaró a los medios de comunicación saudíes el príncipe Faisal bin Farhan, ministro de Asuntos Exteriores. “El BRICS ha demostrado que es un canal importante y útil para ello”, especialmente entre los países menos desarrollados del Sur Global.

Arabia Saudita y los EAU ya han estrechado lazos con los miembros del BRICS en la última década, gracias en gran medida a los enormes flujos de petróleo que ahora van del Golfo a Asia.

China e India son los dos principales socios comerciales tanto de Arabia Saudita como de EAU. El comercio saudí con China e India alcanzó un récord de casi US$175.000 millones el año pasado, según datos de la ONU recopilados por Bloomberg. A principios de siglo apenas alcanzaba los US$5.000 millones.

Los lazos entre Washington y los dos Estados del Golfo han sido tensos en los últimos 18 meses, en parte debido a su negativa a sancionar a Rusia por la invasión de Ucrania y a su decisión de no aumentar el suministro de petróleo cuando los precios se dispararon tras ella.

Esas relaciones han mejorado en los últimos meses, y Estados Unidos y Arabia Saudita están trabajando en un acuerdo que puede dar lugar a que el reino reconozca a Israel a cambio de garantías de seguridad estadounidenses.

Además, Riad y Abu Dhabi han dejado claro que desean que EE.UU. y las potencias occidentales sigan siendo socios económicos y de seguridad fuertes.

“Están centrados en equilibrar y mantener los lazos con múltiples potencias, no en elegir un bando y verse envueltos en una competencia de mayor poder”, declaró Anna Jacobs, analista principal del International Crisis Group.

Con la asistencia de Grant Smith y Jennifer Jacobs.

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