Bloomberg — El ex presidente del Banco de la Reserva Federal de San Luis, James Bullard, ha indicado que una mayor actividad económica previsto para este verano boreal podría afectar al calendario de la Reserva Federal para concluir su serie de subidas de tasas.
En una entrevista concedida a Bloomberg Television justo antes del simposio anual de política económica de la Reserva Federal de Kansas City en Jackson Hole (Wyoming), Bullard destacó la posibilidad de que este resurgimiento ejerza una presión al alza sobre la inflación. Tal escenario, señaló, podría alterar las intenciones de la Fed de ajustar su política monetaria.
Bullard, figura destacada durante su período en la Fed, abogó por subidas agresivas de tasas como respuesta al reciente repunte de la inflación. Sin embargo, el mes pasado renunció a su cargo y pasó a desempeñar la función de decano de la Mitchell E. Daniels, Jr. School of Business de la Universidad de Purdue. En su análisis, Bullard también reconoció el potencial de este repunte económico para contrarrestar las tendencias desinflacionistas e influir posteriormente en la trayectoria política de la Reserva Federal.
Los responsables de formular políticas subieron las tasas de interés un cuarto de punto el mes pasado, situando el objetivo de su tipo de referencia en una horquilla del 5,25% al 5,5%. Antes de su próxima reunión, que se celebrará los días 19 y 20 de septiembre, los responsables de la Reserva Federal tendrán que analizar otros datos económicos, como el informe mensual sobre el empleo y nuevos datos sobre la inflación.
Las proyecciones económicas publicadas por los responsables de formular políticas en junio muestran que la mediana de los funcionarios espera subir las tasas al menos una vez más este año. Pero los inversores esperan que la Reserva Federal mantenga las tasas estables hasta finales de año, según los precios de los contratos de futuros.
El ex jefe de la Reserva Federal de St. Louis declaró a principios de esta semana que los temores de recesión son exagerados y que cree que un mayor crecimiento económico podría requerir tipos más altos para seguir luchando contra la inflación.
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