Bloomberg — Corea del Norte fracasó por segunda vez en unos tres meses en su intento de poner en órbita un satélite espía cuando su cohete tuvo problemas poco después del lanzamiento, asestando un golpe a Kim Jong Un, que ha dicho que una sonda de reconocimiento es necesaria para vigilar a las fuerzas estadounidenses.
Corea del Norte lanzó un cohete a las 3:50 a.m. del jueves en dirección sur que falló a los pocos minutos de vuelo, dijo el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur. Partes del cohete parecieron estrellarse a unos 600 kilómetros (375 millas) al este de Filipinas, dijo el máximo portavoz del gobierno japonés, Hirokazu Matsuno. Los residentes de la prefectura de Okinawa, en el sur de Japón, fueron advertidos para que se refugiaran, según un tuit de la oficina del primer ministro japonés, aunque la alerta se levantó más tarde.
Los medios de comunicación estatales de Pyongyang emitieron un breve despacho en el que afirmaban que “los vuelos de la primera y segunda etapas del cohete fueron normales, pero el lanzamiento fracasó debido a un error en el sistema de voladura de emergencia durante el vuelo de la tercera etapa”.
El informe de la Agencia Central de Noticias oficial coreana también decía que la agencia espacial del país planea un tercer intento de lanzamiento de un satélite en octubre y que estudiará las razones del fracaso.
Pero dos fracasos consecutivos en la puesta en órbita de un satélite podrían indicar deficiencias en su cohete espacial cuya solución podría llevar más tiempo.
El último lanzamiento coincidió con unas maniobras militares conjuntas de Corea del Sur y EE.UU. que se prolongarán hasta finales de este mes y que llevaron a Pyongyang a amenazar esta semana con tomar represalias contra los ejercicios, que considera el preludio de una invasión.
“A corto plazo, Kim puede considerar este segundo fracaso como una vergüenza, pero a largo plazo y en un contexto más amplio, su país está haciendo progresos constantes en su tecnología de desarrollo nuclear y de misiles”, dijo Soo Kim, ex analista de Corea en la Agencia Central de Inteligencia que ahora trabaja en la consultora de gestión estadounidense LMI.
El líder Kim Jong Un ha dicho que quiere poner en órbita un satélite espía para vigilar a las fuerzas estadounidenses desplegadas en la región. Aunque las autoridades de Seúl creen que un satélite de este tipo sería rudimentario en el mejor de los casos, podría ayudar a Pyongyang a afinar sus listas de objetivos mientras despliega nuevos misiles diseñados para lanzar ataques nucleares en Corea del Sur y Japón, que acogen al grueso del personal militar estadounidense en la región.
Corea del Sur y Japón protestaron por el último lanzamiento y el Consejo de Seguridad Nacional de Corea del Sur se reunió en Seúl para debatir el asunto. A principios de esta semana, ambos países pidieron a Corea del Norte que detuviera sus planes de lanzamiento, alegando que violarían las resoluciones de las Naciones Unidas.
El Consejo de Seguridad Nacional de Corea del Sur reprendió a Pyongyang por la maniobra, afirmando en un comunicado que “deploraba el hecho de que siguiera culpando a otros de su maltrecha economía y arruinada vida civil, empujando a su pueblo al hambre y la muerte, mientras despilfarra sus escasos recursos en provocaciones temerarias”.
Corea del Norte intentó poner en órbita un satélite espía el 31 de mayo en su primer lanzamiento espacial en unos siete años, pero el cohete falló al no encenderse el motor de la segunda etapa, lo que hizo que se precipitara al Mar Amarillo.
Corea del Sur envió una misión de salvamento que recuperó los restos en aguas internacionales del Mar Amarillo, a unos 70 metros de profundidad. Recuperó grandes partes del cohete, así como el satélite, lo que le dio una rara visión directa de las capacidades de Pyongyang, aun cuando llegó a la conclusión de que la tecnología tenía poco valor militar.
El gobierno japonés había recibido notificación previa de Corea del Norte de su intención de lanzar un satélite entre el 24 y el 31 de agosto, según informaron el martes fuentes oficiales. La Guardia Costera japonesa fue informada de tres posibles zonas de peligro marítimo en relación con el lanzamiento: dos al oeste de la península coreana y la tercera al este de la isla filipina de Luzón.
Las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas prohíben a Corea del Norte realizar pruebas de misiles balísticos, pero Pyongyang lleva mucho tiempo afirmando que tiene derecho a un programa espacial civil para el lanzamiento de satélites. Estados Unidos y sus socios han advertido de que la tecnología derivada del programa espacial norcoreano podría utilizarse para hacer avanzar sus misiles balísticos.
El programa espacial de Pyongyang ha ido perdiendo importancia a lo largo de los años, a medida que el Estado aumentaba enormemente su capacidad de construir misiles balísticos intercontinentales capaces de transportar cabezas nucleares que podrían alcanzar Estados Unidos.
Corea del Norte ya había disparado 24 misiles balísticos en lo que va de año, incluidos cuatro misiles balísticos intercontinentales. El país disparó más de 70 misiles balísticos el año pasado, un récord para el Estado.
--Con la colaboración de Se Young Lee, Sangmi Cha y Takashi Hirokawa.