Bloomberg — El bitcoin (XBT) ha pasado un verano aletargado. Esta semana se ha despertado.
Durante los últimos meses, la volatilidad característica que antes atraía a hordas de inversores a la mayor criptodivisa del mundo ha estado ausente, y el ritmo de sus oscilaciones ha alcanzado su punto más bajo desde 2016.
Esa calma se rompió el jueves, cuando bitcoin se desplomó más de un 8% en el espacio de unas pocas horas a un mínimo de dos meses de 25.314 dólares a última hora del día en Nueva York. El desplome provocó una amplia caída en todo el cripto, lo que llevó a más de $1 mil millones en liquidaciones y puso a bitcoin en camino de su peor semana desde noviembre y el colapso del cripto intercambio FTX.
La carnicería, alimentada por la perspectiva de unos tipos de interés elevados y prolongados, y exacerbada por la escasez de operaciones con criptomonedas, fue un recordatorio de las diversas amenazas que siguen acechando a los activos digitales, desde la hostilidad de los reguladores hasta la caída generalizada de los activos de riesgo. Y aunque bitcoin se ha recuperado inteligentemente desde los mínimos del año pasado, muchos inversores siguen al margen, privando al mercado de la amplitud y profundidad que son ingredientes clave para una carrera alcista sostenida.
“Todavía hay cantidades significativas de incertidumbre macro que mantienen alejados a los inversores, y la liquidez sigue siendo escasa”, dijo Noelle Acheson, autora del boletín “Crypto Is Macro Now” y exjefa de perspectivas de mercado en Genesis Trading. “En resumen, todavía no hay suficiente convicción”.
La actividad del jueves marcó otra entrada en una línea de tendencia emergente para bitcoin en 2023, con el token ya habiendo caído a dos puntos bajos similares en enero y marzo. Pero cada fuerte caída de este año ha sido seguida por una recuperación, dijo Stephane Oullette de FRNT Financial.
“Los próximos días deberían dar más pistas sobre si la venta continuará y veremos una inversión de la tendencia de este año”, dijo Oullette en un correo electrónico el viernes. Las señales de que bitcoin está haciendo una divergencia importante sería si el token fuera a hacer una ruptura decisiva por debajo de la marca de 25.000 dólares, agregó, o por el contrario, un empuje sostenido más allá de 30.000 dólares. Su máximo anual fue de US$31.818 en julio.
El desplome de esta semana se debe en parte a la gran exposición del mercado a las grandes operaciones. Los últimos cuatro meses han tenido el volumen diario promedio más bajo de transacciones de criptomonedas al contado desde octubre de 2020, según Riyad Carey, analista de investigación de la firma de datos de blockchain Kaiko. En ese momento, bitcoin valía alrededor de US$10.000, mientras que el segundo criptoactivo más popular ether, ahora a US$1.670, tenía un valor de US$350.
El sector también depende en exceso de la narrativa para apuntalar los precios, y el bombo publicitario en torno al próximo proyecto de criptodivisas o la compra de criptodivisas por parte de una empresa de Wall Street son algunas de las cosas que estimulan a los inversores. La noticia publicada por el Wall Street Journal de que SpaceX, propiedad de Elon Musk, había vendido participaciones en bitcoin agravó la caída del jueves.
Pero es poco probable que la narrativa mejore cuando en estos días, muchos de los mayores anuncios que sacuden el mundo de los activos digitales provienen de los reguladores en Washington o de los jueces en la sala del tribunal. La resaca de la racha de quiebras y escándalos de fraude de 2022 sigue haciéndose notar en el escenario mundial, mermando el optimismo sobre la recuperación de las criptomonedas.
Esta misma semana, el excofundador de FTX y presunto estafador Sam Bankman-Fried fue escoltado a una penitenciaría de Brooklyn después de que su acuerdo de fianza fuera revocado por un juez. Bankman-Fried se ha declarado inocente de los múltiples cargos penales a los que se enfrenta.
La reciente caída de los precios puede atribuirse en parte a las medidas de ejecución adoptadas por EE.UU. contra las bolsas de criptomonedas, afirmó James Butterfill, de CoinShares, en una entrada de blog publicada el viernes, en la que añadía que, según una encuesta reciente, los gestores de fondos consideran que las decisiones regulatorias son su principal preocupación. La persistente amenaza de nuevas demandas o sanciones persigue al mercado, haciendo que los inversores desconfíen de la seguridad de algunas de las principales bolsas de criptomonedas.
A pesar de ello, el bitcoin ha mostrado una resistencia general en los últimos meses en comparación con los activos de riesgo globales. Tras la caída, ha subido un 58,1% en lo que va de 2023, mucho más que el S&P 500, que ha ganado un 13,6%. Y aunque es probable que el Bitcoin experimente más caídas si las condiciones monetarias siguen deteriorándose, Jamie Douglas Coutts, de Bloomberg Intelligence, considera que el revuelo en torno a un posible ETF de criptomonedas al contado en EE.UU. puede ayudarle a mantener ese valor.
La sorpresiva presentación de BlackRock Inc. a mediados de junio de un ETF de Bitcoin provocó una oleada de empresas que siguieron su ejemplo y dio lugar a una mini-rally, ya que los inversores apostaron a que la aprobación de los fondos estimularía una ola de nuevas compras. Y no se trata sólo del bitcoin. Un informe de Bloomberg a última hora del jueves, según el cual la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. está a punto de permitir el primer ETF basado en futuros de ether, ayudó a revertir parte de la caída inicial del token - y una aprobación confirmada probablemente causará un rebote de ether que hará subir otros tokens con él, dijo Acheson.
Preocupación mundial
Aún así, a falta de un catalizador como la aprobación de un ETF, es probable que el mercado vaya a la deriva. Y, por desgracia para los operadores que prosperan en las oscilaciones de precios, el fuerte repunte del viernes en la actividad de precios a través de Bitcoin y otras criptomonedas es probable que sea de corta duración, al menos hasta que la liquidez mejore tanto entre los activos digitales como entre los mercados más tradicionales.
Mientras los bancos centrales siguen subiendo o manteniendo tipos de interés altos, el atractivo de las inversiones financieras tradicionales, como los bonos del Tesoro estadounidense a corto plazo y otros bonos, ha desviado la atención de las criptoapuestas, ya que los inversores persiguen una actitud de aversión al riesgo.
“La macroeconomía mundial va a seguir pesando”, afirma Fadi Aboualfa, director de investigación de Copper Technologies Ltd., empresa de custodia de criptomonedas.
Algunos defensores de las criptomonedas afirman que el sector podría beneficiarse de situaciones como el deterioro del sector inmobiliario chino, que se ha convertido en una de las principales preocupaciones desde una perspectiva macroeconómica. Hasta ahora, las medidas de estímulo aplicadas por el Gobierno no han proporcionado suficiente alivio económico, y el posicionamiento de Bitcoin como sistema financiero alternativo hace que algunos crean que podría beneficiarse de cualquier sacudida. “Aunque consideramos improbable un colapso financiero total, si se produjera, podría reforzar al bitcoin, especialmente si las repercusiones se extienden al sector financiero en general”, afirma Butterfill.
En última instancia, sin embargo, lo que es malo para la economía mundial probablemente también lo sea para las criptomonedas.
“Si el mercado bursátil acelera su caída, es probable que las criptomonedas también sufran en consonancia, ya que los inversores optan por asegurar sus beneficios con lo que puedan y quedarse con efectivo de alto rendimiento hasta que se calmen los ánimos”, afirma Acheson. “El polvo se asentará, sin embargo, muy probablemente antes en el cripto mercado que en el mercado de valores a medida que los inversores recalibren el riesgo relativo de cada grupo de activos.”
--Con la colaboración de Philip Lagerkranser.
