Fondo soberano de Noruega, de US$1,4 billones, ve retorno de 10% con ola de IA

Creado para invertir los ingresos del petróleo y el gas de Noruega en el extranjero, el fondo es el mayor propietario individual de acciones del mundo

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Bloomberg — El fondo soberano noruego, de US$1,4 billones, obtuvo una rentabilidad del 10% (US$143.000 millones) durante la primera mitad del 2023, lo que significa que ha vuelto a la senda alcista después de haber registrado uno de los peores años de su historia.

El gestor de las riquezas petrolíferas y gasísticas noruegas ganó poco menos del 14% en renta variable en los 6 meses finalizados el pasado mes de junio, en tanto que las inversiones en renta fija dieron un 2,3%, conforme al balance hecho público en su página web el martes a última hora. Las posiciones inmobiliarias no cotizadas bajaron un 4,6%.

Durante la primera mitad del 2023, la acelerada inflación y las iniciativas de la banca central para contener el alza de precios se combinaron con la agitación del sector bancario estadounidense y europeo, y este fondo con base en Oslo consiguió navegar en un entorno de inversión inestable.

Sin embargo, el fondo se vio perjudicado por el colapso del Silicon Valley Bank del SVB Financial Group a comienzos del 2023, lo que hizo que su CEO, Nicolai Tangen, manifestara a la legislatura el pasado mes de abril su intención de reducir al mínimo la exposición a las denominadas manzanas podridas. Asimismo, ha alertado en reiteradas ocasiones de que los costos de endeudamiento y el incremento de la inflación podrían repercutir negativamente en la rentabilidad de los próximos años.

Creado en la década de 1990 para invertir los ingresos del petróleo y el gas de Noruega en el extranjero, el fondo, también conocido como Norges Bank Investment Management, es el mayor propietario individual de acciones del mundo, y sigue en gran medida un índice de referencia basado en un marco dictado por el parlamento.

Está utilizando cada vez más su fuerza para adoptar una postura más fuerte contra las empresas que no priorizan la acción sobre el cambio climático, el equilibrio de género y la remuneración de los ejecutivos. Ahora realiza evaluaciones de sostenibilidad trimestrales y requerirá que las empresas en las que invierte alcancen cero emisiones netas para 2050 a más tardar.

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