Bogotá — Salvo excepciones como las de Argentina y Venezuela, la mayoría de mercados de Latinoamérica ya ha tocado un pico en la inflación y ha experimentado descensos en el costo de vida, dando pie para que los bancos centrales de la región puedan bajar las tasas de interés, lo que podría soportarse en un dólar más débil y una recuperación de la demanda.
Un dólar débil se podría reflejar en un menor costo de vida en los países que están experimentando apreciaciones de sus monedas locales y mantienen esta lucha contra la inflación.
Puntualmente, una mejor tasa de cambio en los países de Latinoamérica se podría reflejar en el precio de los bienes importados, que suelen representar más del 20% de la canasta del IPC en la mayor parte de los países.
“Hemos visto que el proceso desinflacionario en la región continúa dándose de manera importante, apoyado por monedas más fuertes respecto a lo que teníamos en el 2022, pero también en la normalización de la demanda que refleja las políticas monetarias contractivas y también menores precios de los commodities”, explicó en entrevista con Bloomberg Línea la gerente de Investigaciones Económicas en Itaú Colombia, Carolina Monzón.
Según la analista económica, la conjugación de estos factores ha abierto la puerta a estas correcciones en la inflación en Latinoamérica, aunque estas empiezan a ser mucho más moderadas de lo que se venía registrando en meses anteriores, como es el caso de Brasil y de Chile.
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En Brasil, los precios al consumidor subieron un 3,99% interanual en julio, por encima de la mediana de las estimaciones de 3,94% de los analistas encuestados por Bloomberg. Los precios en Brasil subieron un 0,12% a nivel intermensual.
Por su parte, en Chile el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió un 0,4% mensual y un 6,5% interanual en julio, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Si bien los resultados se ubicaron por encima del consenso de los analistas del mercado, la inflación anual en Chile llegó a su nivel más bajo desde octubre de 2021.
“En todo caso, estas correcciones en términos de las monedas sí han abierto un espacio (para la caída de la inflación), sobre todo para los componentes de bienes transables a lo largo de la región y también en un escenario de correcciones en materia de importación”, apuntó Carolina Monzón.
La analista señaló que en este contexto hay que estar atentos a las decisiones de los bancos centrales en la región y cómo se va dando el proceso de convergencia hacia las metas de inflación en Latinoamérica.
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Analistas de Credicorp Capital manifestaron a Bloomberg Línea que “efectivamente la caída del dólar en la mayor parte de las economías de la región va a favorecer de manera importante el comportamiento de la inflación”.
“De hecho, en sus minutas, el Banco Central de Chile hizo alusión a este tema como un factor importante que ha venido generando un comportamiento mejor de lo esperado en los últimos meses en ese país y que de hecho derivó en que bajara la tasa en 100 puntos básicos en la reunión de julio, sorprendiendo al mercado que esperaba un recorte menor”, anotó Daniel Velandia, managing director y economista en jefe de Research en Credicorp Capital.
En lo que va corrido del año, las monedas latinoamericanas que más se han apreciado frente al dólar estadounidense son el peso colombiano (18,71%), el peso mexicano (13,74%), el real brasileño (5,95%) y el sol peruano (2,47%).
En cambio, el peso chileno se ha depreciado un 0,70 y el peso argentino un 49,39%.
En Colombia, la inflación acumuló su cuarto mes de desaceleración y en julio fue del 11,78% anual. Y en México, la inflación general se ubicó en 4,79% anual en julio, el nivel más bajo de aumento en los precios al consumidor en los últimos 28 meses.
De acuerdo a un reciente reporte de Itaú, un peso colombiano más fuerte respalda una inflación más baja y recortes de tasas más tempranos.
“La inercia inflacionaria y la reducción de los subsidios a los combustibles llevan a que el ajuste de inflación sea más gradual que en otras economías de la región. Sin embargo, la apreciación acumulada del peso contribuirá un ajuste más rápido de la inflación”, señaló.
Desde Credicorp consideran que en estos mercados en los que el dólar más se ha debilitado, es donde precisamente deberían reflejarse en mayor medida estos beneficios a lo largo del tiempo.
“El impacto sobre la inflación no es el mismo en cada uno de los países de la región. Así que existen diversas estimaciones por parte de los propios bancos centrales de un pass-through (coeficiente de traspaso de la tasa de cambio a los precios) que puede estar en la región entre un 6%-7% y un 13%”, apuntó Velandia.
Es así que, dependiendo del ciclo económico y del país, una apreciación de la moneda frente al dólar del 10% podría tener un impacto de aproximadamente entre 60 y 130 puntos básicos en un lapso de entre seis y doce meses.
“De todas maneras, esto está sujeto a incertidumbre. Recordemos que los empresarios también no subieron los precios de los bienes finales durante el último año al mismo ritmo que el aumento de costos. Así que no necesariamente la caída del dólar va a implicar que se observe inmediatamente una menor inflación a través de bienes importados, pero sí a lo largo del tiempo, con el paso de los meses, esto debería ser más evidente, en particular si el dólar se mantiene débil en los próximos meses”, ahondó.