Bloomberg Opinión — El momento óptimo para haber abandonado la idea de un combate en jaula entre Elon Musk y Mark Zuckerberg habría sido el mismo instante en que se sugirió por primera vez. El segundo mejor momento es ahora.
Afortunadamente, Zuckerberg, evidentemente el hombre marginalmente más sensato, ha decidido que la vida es demasiado corta para seguir con esta farsa. Al rechazar la última oferta de Musk -una pelea de “práctica” en el jardín trasero de Zuckerberg- le está dando a Musk la oportunidad de salvar la cara ante sus adorados fans. Esperemos que la aproveche.
“Creo que todos estamos de acuerdo en que Elon no va en serio y es hora de pasar página”, escribió Zuckerberg en Threads el domingo. “Si Elon alguna vez se pone serio sobre una fecha real y un evento oficial, ya sabe cómo ponerse en contacto conmigo”.
La publicación del CEO de Meta Platforms Inc. se produjo después de una semana en la que Musk, de una manera no muy diferente a sus intentos de pánico para evitar la compra de Twitter, trató de escabullirse de otro buen lío en el que se había metido a última hora de la noche en Twitter.
Primero, empezó a anunciar detalles sobre el combate que Zuckerberg dijo que no se le habían consultado, como planes para celebrarlo en un lugar “épico” en algún lugar de Italia (pero no Roma). Luego Musk dijo que estaría de baja durante “meses” debido a una lesión descubierta por una resonancia magnética.
Por último, según los textos publicados por su biógrafo en X, el sitio antes conocido como Twitter, Musk sugirió que los dos CEOs se reunieran el lunes, en casa de Zuckerberg, para una pelea en su patio trasero. Obviamente eso no iba a ocurrir, ya que Zuckerberg es un hombre de 39 años, no un adolescente. Pero el hecho de que Zuckerberg rechazara la oferta da a Musk precisamente lo que ha estado ansiando: la oportunidad de vender a sus seguidores el hilo de que Zuckerberg es el que se echa atrás. ¿Qué clase de CEO que se precie no despejaría su agenda para tener un chisme con el que empezar la semana laboral? ¡Menudo gallina! ¡Elon es el ganador!
Por el bien de todos, Zuckerberg debería dejar que los borrachos de adoración a Musk crean que su héroe ha salido vencedor. Las mentes más sanas saben la verdad, y este infantilismo ya ha durado demasiado. Pasó tiempo suficiente para que ambos sean perdedores, francamente: con un valor combinado de US$334.000 millones a fecha del domingo, hay muchas otras cosas a las que deberían haber dedicado su atención.
Meta está teniendo un año fuerte, pero la reputación de Zuckerberg todavía pende del éxito de su vacilante visión del Metaverso, que hasta ahora ha logrado poco más allá de convertirse en el blanco de muchas bromas. Musk está inmerso en un caótico cambio de marca de Twitter a X, un sitio que, desde cualquier punto de vista razonable, está llevando a la ruina. Mientras tanto, en Tesla, debe hacer frente a las consecuencias de la abrupta salida del director financiero del fabricante de automóviles.
Los dos CEOs también podrían seguir el ejemplo de Jeff Bezos. El fundador de Amazon, junto con su pareja Lauren Sánchez, utilizó su fin de semana para crear un fondo de US$100 millones para apoyar a las comunidades afectadas por los devastadores incendios forestales en Maui.
Los partidarios de Musk sin duda pintarán esta vergonzosa saga como una especie de estrategia de cerebro galáctico para promover el tambaleante X. Pero se están engañando a sí mismos. La única razón por la que todo esto ha sucedido es que Musk, cada vez más errático, parece solo y aburrido, y está desesperado por mantenerse en el centro de atención. Zuckerberg, que disfruta con la inversión de su propia imagen pública, no ha podido resistirse a seguirle el juego. Es hora de que ambos maduren.
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