Buenos Aires — Cuando faltan apenas días de las elecciones, un porcentaje importante de usuarios de energía eléctrica del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) recibieron en su boleta un impactante aumento en la tarifa. Es el resultado de la segmentación tarifaria que el Ministerio de Economía comenzó a aplicar desde el 2022. Hasta entonces, todos los usuarios residenciales pagaban el mismo costo fijo y variable a igual categoría. Pero a partir de ahí, y en línea a lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno comenzó con la quita de subsidios.
Actualmente los usuarios residenciales del AMBA están divididos en tres categorías:
- Nivel 1: hogares de mayores ingresos, sin subsidio.
- Nivel 2: hogares de menores ingresos, con subsidio del 87%.
- Nivel 3: hogares de ingresos medios, con subsidio del 83%.
Las tarifas de energía eléctrica que entre finales de julio y principios de agosto llegaron con aumentos superiores al 500% interanual corresponden a hogares residenciales del nivel 1 (mayores ingresos), que ya no cuentan con subsidios.
Según cálculos del economista especializado en energía Julián Rojo, con referencia a una factura del AMBA para un consumo promedio de 300 Kwh/mes, estos fueron los aumentos percibidos en agosto:
- Nivel 1 tiene un aumento en la factura final del 6,3% respecto de julio para un consumo de 300 Kwh en el mes y de 523% respecto de agosto de 2022.
- Nivel 2 y Nivel 3 tiene un aumento en la factura final del 3% y 2,7% respecto de julio para un consumo de 300 Kwh en el mes y de 65% y 83% respecto de agosto de 2022.
En términos reales (ajustados por inflación estimada a agosto 2023), los aumentos fueron los siguientes, según las estimaciones de Rojo:
- Para los usuarios de Nivel 1 aumentan las facturas finales, respecto de agosto de 2022, un 190% pero caen respecto del mes anterior un 0,7% a pesar del incremento.
- Para todos los usuarios de Nivel 2 y Nivel 3 caen respecto de agosto de 2022 (-23% y -15%) y respecto del mes anterior (3,7% y 4%).
Un informe de la consultora Economía y Energía, que conduce Nicolás Arceo, calculó los siguientes aumentos:
¿Qué dijo el Fondo Monetario Internacional?
En el comunicado publicado por el staff del organismo multilateral tras el acuerdo alcanzado con el Gobierno argentino, el Fondo afirmó que “siguen siendo necesarios esfuerzos para actualizar las tarifas de energía para reflejar mejor los cambios en los costos de producción, mejorando al mismo tiempo la progresividad del sistema”.
El mismo informe de julio de Economía y Energía afirma que en el primer semestre de 2023, los subsidios devengados al sector energético se redujeron en un 1,7% (US$113 millones) con relación a 2022.
Más aumentos
El 31 de julio el Boletín Oficial publicó los nuevos cuadros tarifarios de Edenor y Edesur, las dos distribuidoras de energía eléctrica del AMBA, que dispone aumentos del 5,5% para los usuarios de nivel 1 con respecto al cuadro de julio. No hay subas estipuladas para los niveles 2 y 3.
¿Qué pasará con las tarifas en los próximos años?
En una proyección del devenir de los costes de la energía eléctrica y el gas hacia 2026, la consultora de Arceo señaló que “la disminución de los costos de abastecimiento del sistema debería permitir una reducción progresiva de los subsidios a la energía a lo largo de los próximos años, sin implicar incrementos”.
Para los usuarios de mayores ingresos, “las tarifas de energía eléctrica en dólares no deberían exhibir aumentos entre 2023 y 2026, e incluso podrían reducirse levemente. En el caso de las tarifas de gas natural, deberían exhibir un incremento anual promedio del 12% en dólares para lograr la eliminación plena de los subsidios en el año 2026″.
Otro caso es el nivel de menores ingresos: “Alcanzar un nivel de subsidios en los sectores de menores recursos (Nivel 2) que represente sólo el 50% del costo de suministro, y contemplándose incrementos del valor agregado de distribución y transporte, implicaría aumentos muchos más significativos”. La consultora lo calcula en un aumento promedio anual en dólares del 39% para el gas natural y del 23% para la energía eléctrica.
De alcanzar este escenario, “en donde los usuarios de bajos recursos abonan el 50% del costo de suministro y el resto de los usuarios el costo pleno, los subsidios a la energía se reducirían en 2026 a cerca de US$2.600 millones y se destinarían íntegramente a subsidiar el costo de abastecimiento de los sectores de menores ingresos”.
No obstante, estos aumentos implicarían un esfuerzo importante para esos sectores. “Difícilmente sean política y socialmente aplicables a lo largo de los próximos años, más aún en un escenario de depreciación esperada del tipo de cambio”, señaló el informe.