Bogotá — La guerra contra la subida global de alimentos aún sigue en vilo en medio de la incertidumbre que deja la decisión de Rusia de bloquear el Acuerdo de Granos del Mar Negro sobre la exportación de cereal ucraniano al resto del mundo y nuevas restricciones comerciales para el arroz.
En línea con estas presiones externas, el índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que hace un seguimiento mensual de los precios internacionales de los productos alimenticios comercializados a nivel mundial, aumentó un 1,3 % en julio frente al mes anterior.
El índice de precios de los alimentos de la FAO registró un promedio de 123,9 puntos en julio, aunque se situó un 11,8 % por debajo del nivel del mismo mes de 2022.
La FAO asocia este resultado al aumento del índice de precios de los aceites vegetales, puesto que este avanzó un 12,1% tras siete meses consecutivos de descensos.
El bloqueo de Rusia al Acuerdo de Granos del Mar Negro provocó que los precios internacionales del aceite de girasol repuntaran más de un 15 % durante el mes.
Entre tanto, “los precios mundiales de los aceites de palma, soja y colza aumentaron a raíz de la preocupación por las perspectivas sobre la producción en los principales países productores”.
De otra parte, el índice de precios de la FAO para todos los tipos de arroz aumentó un 2,8 % en el mes y un 19,7 % en el año.
Con esto, alcanzó su nivel nominal más alto desde septiembre de 2011.
Esto se asocia a la decisión de India de prohibir las exportaciones de arroz índica sin cocción, que “propició las expectativas de aumento de las ventas de arroz de otros orígenes”.
En la otra cara, el índice de precios de los cereales de la FAO se redujo un 0,5 % respecto a junio.
En esta dinámica influyó particularmente la caída del 4,8 % en las cotizaciones internacionales de los cereales secundarios, “debido al incremento estacional de los suministros de maíz procedentes de las cosechas en curso en Argentina y Brasil y a una producción potencialmente mayor a lo previsto en Estados Unidos”.
El índice de precios del azúcar de la FAO disminuyó un 3,9% como resultado del desempeño de la cosecha en Brasil y el aumento de las precipitaciones en la mayoría de las zonas productoras de la India.
Aunque, “la persistente preocupación por el posible efecto del fenómeno El Niño en los cultivos de caña de azúcar, junto con el aumento de los precios internacionales del crudo, mitigaron el descenso”.
Por su parte, el índice de precios de los productos lácteos de la FAO disminuyó un 0,4% en julio, ubicándose un 20,6% por debajo del valor registrado en el mismo mes de 2022.
Y el índice de precios de la carne cayó un 0,3 % desde junio gracias a disponibilidad de suministros y, en algunos casos, la menor demanda de los principales importadores.
Por el contrario, añade la FAO, “los precios de la carne de cerdo aumentaron como consecuencia de la elevada demanda estacional, unida a la continua escasez de suministros en Estados Unidos y en Europa occidental”.