Bloomberg — El gigante del transporte marítimo A.P. Moller-Maersk A/S, considerado un barómetro de la economía mundial, recortó su estimación para el comercio mundial de contenedores, indicando que la débil demanda sigue afectando a la actividad económica tras años de crisis de la oferta.
El comercio mundial de contenedores se contraerá probablemente hasta un 4% este año, frente a la previsión anterior de Maersk de hasta un 2,5%, dijo la compañía con sede en Copenhague en un comunicado el viernes, ya que no hay señales sustanciales de que los volúmenes se recuperen este año.
“Nuestra previsión no es de recesión, sino de un entorno muy moderado que continuará durante el resto del año”, declaró Vincent Clerc, Consejero Delegado de Maersk, en una entrevista con Dani Burger y Mark Cudmore, de Bloomberg TV. La expectativa es “ver cierta recuperación en el mercado en 2024 y volver a un territorio de crecimiento positivo”, dijo.
En cuanto a la economía mundial, “seguimos bastante preocupados”, dijo Clerc. “Hay muchos elementos en juego ahora mismo, desde la subida de tipos y el riesgo de recesión”, así como “la incertidumbre sobre el crecimiento del PIB en China y cuál será la demanda en China el año que viene”.
En el último año, las autoridades monetarias, desde la Reserva Federal hasta el Banco Central Europeo, han subido los tipos de interés para frenar la inflación, que ha alcanzado su ritmo más rápido en décadas, y el rápido aumento de los costes de los préstamos ha agitado el fantasma de un aterrizaje más duro. Con todo, el escenario de referencia para los principales analistas, incluido el Fondo Monetario Internacional, es la expansión continuada.
Maersk, como el resto de la industria naviera, se enfrenta a un fuerte reajuste después de generar beneficios récord en 2021 y 2022 gracias a un aumento de la demanda de bienes de consumo durante la pandemia junto con una oferta limitada de buques. Ahora, el crecimiento económico mundial está perdiendo ritmo y las empresas están trabajando con los inventarios existentes en lugar de enviar nuevos productos de Asia a Europa y Estados Unidos, un proceso conocido como reducción de existencias.
Maersk esperaba que la corrección de los inventarios ya estuviera remitiendo, pero afirmó que “parece prolongarse y ahora se espera que dure hasta finales de año”, añadiendo que “no hay indicios de una recuperación sustancial de los volúmenes en la segunda mitad del año”.
La previsión hizo que sus acciones cayeran hasta un 3,8% en la capital danesa, la mayor caída en quince días. A las 6:40 de Nueva York, las acciones de la serie B perdían un 1,29%.
La empresa registró unos beneficios en el segundo trimestre que superaron las estimaciones y elevó el límite inferior de su propio rango de previsión de beneficios para 2023, afirmando que la reducción de costes suavizó el impacto del desfavorable entorno económico.
Los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones cayeron a US$2.910 millones en el segundo trimestre. Esta cifra contrasta con la estimación media de US$2.290 millones de una encuesta entre analistas. Maersk afirmó que ahora prevé un Ebitda subyacente para 2023 de entre US$9.500 millones y US$11.000 millones, frente a una proyección anterior de entre US$8.000 millones y US$11.000 millones.
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