Bloomberg — Tras el golpe militar en Níger, la junta del país ha rescindido varios acuerdos de cooperación en materia de defensa con Francia. Esta medida se suma a la incertidumbre que rodea la implicación militar de Francia en la región del Sahel. Hace aproximadamente un año, Francia había trasladado sus fuerzas de contrainsurgencia a Níger tras su expulsión del vecino Malí, que también sufrió un golpe de Estado.
París parece mostrarse prudente en su respuesta. Un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores francés reconoció el comunicado de la junta, pero expresó sus reservas a la hora de reconocer la legitimidad de los soldados nigerinos que orquestaron el derrocamiento del presidente Mohamed Bazoum el 26 de julio.
En un comunicado difundido por la emisora estatal Tele Sahel a última hora del jueves, un portavoz de la junta atribuyó la decisión a la actitud y la respuesta decepcionantes que Francia percibía en la situación de Níger. El Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria, que ahora ostenta el poder en Níger, llegó a la conclusión de que era necesario poner fin a la cooperación en materia de seguridad y defensa con Francia. Como consecuencia, las relaciones entre ambas naciones se han deteriorado rápidamente desde el golpe.
Níger también retiró a sus embajadores en Francia, Estados Unidos, Togo y Nigeria, según otro comunicado.
Níger ha sido considerado un socio fiable de Occidente en la región africana del Sahel, donde ha habido una persistente inestabilidad política y económica. Francia y Estados Unidos mantienen bases en el país como parte de los esfuerzos internacionales para luchar contra los yihadistas, mientras que la Unión Europea ha visto al país como un aliado en sus esfuerzos para hacer frente a la inmigración ilegal procedente de África.
Francia tiene unos 1.500 soldados en Níger, donde ha participado en la lucha contra grupos vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico.
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