Bloomberg — Thomas Barkin, presidente del Banco de la Fed de Richmond, declaró que la relajación de la inflación registrada en el mes de junio, por encima de las previsiones, puede ser un indicio de que la economía estadounidense es capaz de tener un “aterrizaje suave”, de recuperar la estabilidad en los precios sin llegar a una dañina recesión.
“Sigue siendo plausible que la inflación se estabilice en breve y la economía eluda traumas adicionales”, manifestó Barkin este jueves en un discurso ofrecido en Blacksburg (Virginia). “Sin duda, los datos de inflación del mes anterior fueron buenos y confío en que sean un signo. Para estar claros, el objetivo de la Reserva Federal no es ocasionar una recesión; sino disminuir la inflación, de conformidad con nuestro mandato.”
Sin embargo, Barkin no se refirió expresamente a la posibilidad de elevar aún más los tipos de interés. El FOMC (por sus siglas en inglés, Comité Federal de Mercado Abierto) celebrará su próxima reunión en el mes de septiembre, lo que permitirá a los encargados de la política monetaria contar con más datos sobre la inflación y la tasa de empleo con anterioridad a esa decisión.
El pasado viernes, un informe reveló que el indicador inflacionario favorito de la Reserva Federal, el índice de precios de los gastos de consumo personal, registró en junio un alza del 3% en comparación con el 2022, el incremento más bajo en más de 2 años. Los precios subyacentes, sin incluir comida y energía, considerados un indicio más confiable de la inflación real, subieron un 4,1%.
En su reunión de 25 y 26 de julio, la Fed elevó las tasas de interés en un cuarto de punto porcentual, lo que llevó a la tasa de fondos federales a un rango de 5,25% a 5,5%, el nivel más alto en 22 años. Los responsables de la política monetaria desaceleraron el ritmo de los aumentos después de endurecer agresivamente las tasas para reducir una tasa de inflación que el año pasado alcanzó un máximo de 40 años. La última alza siguió a una pausa en la reunión de junio.
Es probable que la economía se desacelere aún más, dado que una serie de programas de apoyo fiscal de la era de la pandemia están llegando a su fin y porque el impacto de los aumentos de tasas toma tiempo en verse reflejado, dijo Barkin.
Reiteró su opinión de que los banqueros centrales están decididos a reducir la inflación. “Aprendimos en los años 70 que si no se controla la inflación, esta vuelve aún más fuerte”, dijo.
Cuando se le preguntó por las consecuencias de la rebaja de calificación de la deuda del Gobierno de EE.UU. por parte de Fitch Ratings, Barkin dijo que el tema no afecta a la Fed.
“No está claro en qué medida afecta las tasas de interés. Estamos enfocados en controlar la inflación y en la medida en que haga subir un poco las tasas, tal vez eso signifique que tenemos que hacer un poco menos, pero creo que eso es muy especulativo”, dijo.
Temores de recesión
Barkin señaló que los economistas han estado pronosticando erróneamente una recesión desde fines del año pasado, pero la mayoría de las recesiones no se pueden prever y son el resultado de algún choque. Si bien algunas industrias, incluidas la vivienda, la banca y los bienes raíces comerciales, han tenido “mini-recesiones”, gran parte de la economía ha resistido, dijo.
En declaraciones a la Cámara de Comercio del Condado de Montgomery, Barkin dijo que las empresas están viendo una demanda saludable y que el gasto de los consumidores se mantiene sólido. Citó las fuertes ventas de la película Barbie, así como la “gira US$1.000 millones” de Taylor Swift.
“Los consumidores siguen gastando, financiados por el exceso de ahorros acumulados durante la pandemia, el aumento de la equidad y la riqueza de la vivienda, y un mercado laboral sólido”, dijo. “Este año, la caída de los precios de la gasolina ha liberado capacidad de gasto adicional”.
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