Bloomberg — El presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Austan Goolsbee, afirmó que los datos que muestran una inflación estadounidense más lenta son “noticias fabulosas”, pero que aún no ha decidido si apoyará la pausa en las subidas de tasas de interés en la próxima reunión de política monetaria.
“No he tomado una decisión sobre lo que debería ocurrir en septiembre”, dijo Goolsbee el lunes en una entrevista en Yahoo! Finanzas. “Pero esta senda dorada (que hasta ahora nos mantenemos en esa línea) sería un triunfo, y ciertamente es una posibilidad en este momento”, dijo, refiriéndose a poder conseguir que la inflación alcance el objetivo de la Fed sin desencadenar una recesión.
Goolsbee, que vota sobre la política monetaria este año, dijo que la Fed tendrá que “tocar de oído” sobre si la tasa de interés oficial es suficientemente restrictiva.
“Tendremos varios datos importantes más antes de la próxima reunión”, dijo. “Pero parece que estamos caminando por la línea bastante bien”.
La Reserva Federal subió las tasas de interés en un cuarto de punto porcentual en su reunión del 25-26 de julio, situando la tasa de los fondos federales en una horquilla del 5,25% al 5,5%, el nivel más alto en 22 años. Los responsables de formular las políticas han ralentizado el ritmo de las subidas tras endurecer agresivamente las tasas para reducir la inflación, que el año pasado alcanzó un máximo de 40 años. La subida de este mes siguió a una pausa en la reunión de junio.
Un informe publicado el viernes mostró que el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, el índice de precios de los gastos de consumo personal, subió en junio un 3% respecto al año anterior, el menor incremento en más de dos años. Los precios subyacentes (que excluyen los alimentos y la energía y se consideran una señal más fiable de la inflación subyacente) avanzaron un 4,1%, también el menor desde 2021 y más despacio de lo estimado.
Otros informes de la semana pasada mostraron que la economía estadounidense creció a un ritmo mayor de lo previsto en el segundo trimestre y que los costos laborales se enfriaron en ese periodo, mientras que el gasto de los consumidores sigue siendo sólido.
La resistencia de la economía estadounidense, sobre todo ante el significativo endurecimiento de la Reserva Federal, ha llevado a los economistas del banco central y a algunos de sus homólogos del sector privado a eliminar de sus previsiones los pronósticos de recesión.
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