Cómo países centroamericanos están abordando su transición energética

Autoridades de Costa Rica, Panamá y República Dominicana comparten la experiencia de sus países al asumir el compromiso por la transformación sostenible del sistema energético

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Bloomberg Línea — La contribución de los países centroamericanos a las emisiones globales de CO2 (dióxido de carbono) es sólo del 0,2%, pero aún así la región se ha comprometido a que el futuro de su sistema energético sea más verde.

Este proceso de transformación sostenible, conocido como transición energética, “requiere un nuevo ecosistema de gobernanza, inversiones dirigidas y marcos regulatorios modernos y adaptación de las instituciones”, dijo Rayén Quiroga Martínez, jefa de la Unidad de Agua y Energía en la División de Recursos Naturales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en un foro virtual que hizo el organismo a mediados de mes.

En la región existen varias acciones dirigidas a ese propósito; una de ellas es el memorando de entendimiento entre la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el cual tiene como objetivo aumentar las inversiones en energías renovables y avanzar en la transición energética.

También están los esfuerzos particulares de cada país. En Costa Rica, el proceso de descarbonización comenzó entre 1970 y 1980, cuando era imposible garantizar la seguridad energética a base de combustibles derivados de petróleo, por lo que el país invirtió en energías autóctonas y, en forma paralela, comenzó a recuperar la cobertura forestal.

No obstante, el viceministro de Energía de Costa Rica, Ronny Rodríguez indica que “los bosques funcionan muy bien para los países para captura de carbono, pero tienen un límite”. Y, Precisamente, el país está llegando al suyo.

“Tenemos alrededor de un 55% de cobertura boscosa y no podemos quitarle espacio a la agricultura y por supuesto a los espacios para otras aplicaciones en el uso de la tierra. Lo que tenemos ya son bosques maduros que están emitiendo y se nos acabó la posibilidad de seguir capturando carbono por bosques”, explicó el funcionario.

Por ello, para 2030, Costa Rica tendrá “que tomar una decisión totalmente diferente. “En otras palabras, lo que funcionaba no va a funcionar de hora en adelante”, dijo Rodríguez.

A pesar de ello, el país sí ha resuelto llegar a un 99,5 de cobertura eléctrica y hasta 100% de generación a base renovable, según las cifras oficiales. Además, ha establecido su Plan Nacional de Energía 2015-2030, sumado a su Plan Nacional de Descarbonización que fija el objetivo de alcanzar cero emisiones netas al 2050.

La experiencia de Panamá y Dominicana

En Panamá, la búsqueda de avanzar en la transición energética se basa en cuatro “D”: descarbonización, descentralización, digitalización y democratización, todo a través un modelo establecido hace casi tres años.

“La transición energética no solamente está asociado a un cambio de tecnología, de fuentes de generación eléctrica o de uso de energía como tal, sino a un proceso integral del modelo energético y a su vez el modelo de desarrollo hacia formas más sostenibles”, dijo Jorge Rivera, Secretario Nacional de Energía de Panamá.

El país estima que se necesitan US$700 millones para cerrar la brecha de acceso a energía a 2030. ”Ya tenemos una iniciativa de mecanismos de financiamiento alternativos y la identificación a través de una plataforma digital de dónde están esas viviendas que hoy en día no cuentan con acceso a energía moderna”, dijo el funcionario.

En cuanto a los avances vistos en ese sentido, la energía eólica y solar han incrementado su participación de prácticamente cero en 2015 hasta el 8,3% de la generación en 2020. Se espera que continúen creciendo en su participación relativa.

En el Caribe, República Dominicana no posee ningún tipo de yacimiento de combustible fósil ni explotación natural de petróleo o de carbón natural, “por consiguiente, todos los combustibles fósiles se importan de diferentes países y del exterior. Eso ya de por sí representa un condicionamiento importante en las estrategias que se definan en el abastecimiento de los energéticos”, dijo Antonio Almonte, ministro de Energía y Minas.

Además, el país no tiene ningún tipo de interconexión de su sistema eléctrico con otras naciones. “Pudo haberlo compartido con Haití, nuestro vecino, pero todos estamos conscientes de las condiciones materiales económicas y políticas de Haití que no posee electricidad ni para abastecer sus propias necesidades”, dijo el funcionario.

Esos factores llevan a República Dominicana a estar aislado desde el punto de vista de abastecimiento electricidad, a diferencia de las naciones de Centroamérica, que pueden tener intercambios de eléctrico en ese sentido.

Ante la dependencia de los combustibles fósiles, el país ha buscado promover la utilización de las fuentes renovables y limpias, como el viento y el sol, para la generación de electricidad. “En ese sentido, podríamos podríamos decir que la República Dominicana en los últimos dos años ha estado liderando parte del Caribe y quizá también de Centroamérica lo que se refiere rápido crecimiento de proyectos de energía renovables”, refirió Almonte.