Bloomberg — La inflación anual de Brasil se desaceleró a su menor nivel en casi tres años a principios de julio, allanando el camino para el inicio de la flexibilización monetaria por parte del banco central la semana que viene.
Datos publicados el martes mostraron que los precios al consumidor subieron un 3,19% interanual en la primera quincena de julio, menos que el 3,4% de mediados de junio y por debajo de la estimación mediana del 3,24% de los analistas encuestados por Bloomberg. A nivel intermensual, los precios cayeron un 0,07%.
El banco central ha logrado avances significativos en su lucha contra las presiones de los precios desde 2022, cuando el aumento del costo de la vida superó el 12%. Un año de desaceleración ha llevado la inflación anual por debajo de la meta actual del banco del 3,25%, y las autoridades monetarias han dado señales de que comenzarán a recortar las tasas de interés en su reunión de agosto.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha criticado a la autoridad monetaria por mantener la tasa Selic en un máximo de seis años del 13,75%, calificándolo de obstáculo para el crecimiento económico.
Los elevados costos de endeudamiento han afectado a los consumidores y las empresas, lo que se ha traducido en altas tasas de las tarjetas de crédito y un aumento de la morosidad en los hogares. Si bien la economía se mostró resistente a principios de año, en mayo se contrajo más de lo previsto, según datos del banco central publicados este mes.
Los avances en las principales propuestas legislativas de Lula para apuntalar la perspectiva fiscal de Brasil y reformar su código tributario también han aumentado las esperanzas del Gobierno de que los recortes de tasas son inminentes.
--Con la colaboración de Giovanna Serafim, Rafael Gayol y Robert Jameson.
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