Bloomberg — El gigante de la moda rápida Shein gastó US$600.000 en actividades de presión en Estados Unidos en el segundo trimestre, mientras sigue enfrentándose a las preguntas de los legisladores sobre el trabajo forzado y su opaca cadena de suministro.
Legisladores de ambos partidos han enviado cartas a Shein expresando su preocupación por el posible uso por parte de la empresa de mano de obra forzada en la región china de Xinjiang. Además, hay proyectos de ley pendientes en el Congreso que pretenden hacer más estricta la denominada laguna de minimis, que permite a los transportistas transfronterizos evitar el escrutinio aplicado a los minoristas de importación a granel mediante el envío directo a los consumidores en paquetes valorados en menos de US$800.
Shein cuenta con Mark Aitken y Sirat Attapit, ambos antiguos empleados del Congreso, como sus dos grupos de presión internos registrados. El gasto más reciente se suma a los US$230.000 que Shein pagó a destacadas operaciones de lobby en Washington de Akin Gump y Hobart Hallaway & Quayle Ventures en el primer trimestre.
Un portavoz de Shein no respondió a una solicitud de comentarios.
El aumento del gasto en el periodo comprendido entre abril y junio sugiere que la empresa se está preparando para una lucha prolongada en Washington, ya que pretende realizar una oferta pública inicial en EE.UU. Para seguir adelante con una OPI, Shein tendrá que mejorar su imagen en Washington, así como ante el público en general, en medio de las críticas por la huella medioambiental de la empresa y la falta de claridad en torno a su cadena de suministro.
La empresa, valorada recientemente en 66.000 millones de dólares, aún no ha solicitado su salida a bolsa, según una persona familiarizada con el asunto que pidió no ser citada para hablar de asuntos internos. Dicho esto, inversores como Sequoia Capital China, Tiger Global e IDG Capital están intentando recuperar mediante una OPI los años de inversión que han dedicado a construir Shein.
Mientras tanto, Shut Down Shein, una campaña independiente financiada por empresas opuestas a la empresa que opera desde las oficinas en Washington del grupo de presión Actum LLC, gastó US$30.000 en el segundo trimestre, frente a los US$90.000 de principios de año.
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