Bloomberg — Un año después de que la inflación impulsara las apuestas contra los mercados bursátiles de EE.UU., se está volviendo un argumento para aquellos que aseguran que la racha de las acciones de este año tiene espacio para continuar.
Desde que el IPC de EE.UU. tocará 9,1% anual, un máximo de 40 años, se ha reducido de manera consistente ante el endurecimiento monetario de la Reserva Federal. Se espera que ello continúe el miércoles: los economistas han estimado que el nuevo informe mostrará un incremento anual de 3,1%, la cifra más baja desde marzo de 2021.
La desaceleración ha apuntalado la racha de las acciones, justificando las especulaciones de que el banco central está cerca de terminar con su ciclo de subidas de tasas, aún si quedan algunas en el horizonte.
Los alcistas cuentan con sólidos precedentes para su entusiasmo: Desde la década de 1950, los picos de inflación casi siempre han ido seguidos de ganancias de dos dígitos en la renta variable, según datos recopilados por Leuthold Group.
“Parece que la Reserva Federal está ganando su lucha contra la inflación”, afirma Adam Sarhan, fundador de 50 Park Investments.
“Estoy operando como si estuviéramos en el comienzo de un nuevo mercado alcista hasta que cualquier debilidad significativa diga lo contrario”, dijo. “Tiene que haber una razón para vender. Mientras la inflación no sea una amenaza importante y la Fed no cambie su postura sobre las tasas, ésta es una oportunidad de oro para comprar acciones.”
El S&P 500 ha ganado más de un 20% desde que tocó fondo en octubre, lo que le sitúa con una subida de alrededor del 15% desde que se publicaron los datos máximos del IPC en julio de 2022. El Nasdaq 100, de gran peso tecnológico, ha subido un 40% desde los mínimos del año pasado, impulsado en parte por el entusiasmo ante los avances en inteligencia artificial.
Sin embargo, el principal motor ha sido la esperanza de que la relajación de las presiones inflacionistas permita a la Reserva Federal concluir este año la campaña de política monetaria que ha llevado su tasa de interés de referencia desde cerca de cero a principios de 2022 hasta su rango actual del 5%-5,25%.
Dado que los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal entrarán en un periodo de silencio la próxima semana, los operadores se centran en la publicación del IPC de esta semana para conocer la trayectoria probable del banco central. Después de que el informe de empleo de la semana pasada señalara una desaceleración en un mercado laboral todavía fuerte, las cifras prepararán el escenario para las acciones antes de la decisión del banco central el 26 de julio y la posterior conferencia de prensa del presidente Jerome Powell.
Por supuesto, sigue habiendo muchos riesgos para el mercado bursátil, y los operadores este año han retrasado repetidamente el momento en que la tasa de la Fed alcanzará su punto máximo a medida que la economía se mantenía mejor de lo esperado. Muchos estrategas de Wall Street también han mantenido una perspectiva bajista, esperando que la renta variable caiga durante la segunda mitad del año a medida que se ralentice el crecimiento.
Además, el crecimiento de los salarios en junio, mayor de lo previsto, probablemente mantendrá a la Fed en la senda de subidas este mes, y los operadores prevén altas chances de que haya una subida más este año. Así que cualquier señal de que la inflación sigue siendo obstinadamente elevada puede ejercer presión sobre los rincones más caros del mercado de valores, en particular las empresas tecnológicas que han dejado el Nasdaq 100 cotizando en torno a 29 veces los beneficios previstos.
“La inteligencia artificial será muy importante para los inversores en la próxima década, pero hay que tener cuidado a corto plazo”, advirtió Cheryl Smith, gestora de carteras y economista de Trillium Asset Management, aludiendo al riesgo de recesión.
Pero los estrategas de Wells Fargo Securities afirman que se espera que el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal siga mostrando ganancias al menos en el frente de la inflación, si la historia sirve de guía. Los estrategas citan la fuerte correlación entre los cambios en los precios al consumo y los de una medida comúnmente utilizada de la oferta monetaria conocida como M2. Esta medida se ha ido contrayendo, lo que, según ellos, probablemente seguirá frenando la inflación, ya que retira demanda de la economía.
“Más liquidez está asociada al crecimiento de la inflación y viceversa”, dijo por correo electrónico Chris Harvey, jefe de estrategia de renta variable de Wells Fargo. “M2 lleva más de un año contrayéndose y sigue haciéndolo, aunque a un ritmo más lento. Si la economía avanza con dificultad y la inflación desciende, eso favorece la subida de los precios de la renta variable.”
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