Bloomberg Línea — La ley que busca aumentar el salario mínimo para los conductores de entrega de alimentos en la ciudad de Nueva York sufre un obstáculo legal ya que ha sido demandada por Uber Eats, DoorDash y otras aplicaciones.
La norma entrará en vigencia la próxima semana y establece que las empresas deben pagar a los conductores al menos US$17.96 por hora o una tarifa equivalente por entrega. Cabe destacar que en la ciudad de Nueva York existen 65.000 trabajadores de entrega basados en aplicaciones.
Las empresas están buscando una orden de restricción temporal, argumentando que la nueva tarifa se calculó utilizando datos defectuosos. Actualmente, los “repartidores” ganan un promedio de alrededor de U$11 por hora, varios dólares por debajo del salario mínimo actual que es de US$15 en Nueva York. Además, la ley aumentaría el salario mínimo del repartidor de US$20 para 2025.
Las nuevas reglas de la ciudad de Nueva York darán a las empresas la opción de pagar a los trabajadores por viaje o por minuto.
Los repartidores suelen ser tratados como contratistas independientes en lugar de empleados, lo que implica que las leyes de salario mínimo regular no se aplican a ellos. Sin embargo, esta ley, aprobada por el Concejo Municipal de Nueva York en 2021, es la primera en el país en establecer un salario mínimo específico para los repartidores. Además, estos trabajadores no reciben beneficios a pesar de las dificultades que enfrentan al navegar por el tráfico de la ciudad, subir escaleras o transitar zonas peligrosas.
Relay Delivery Inc, otra app de alimentos, también presentó una demanda alegando que el nuevo requisito de salario mínimo para los trabajadores de entrega llevaría a la empresa a la quiebra.
En mayo, DoorDash reportó ingresos de US$2,04 mil millones para el primer trimestre de 2023, un 40% más que en el mismo período del año pasado. Uber Eats, que recibe una comisión del 30% por cada artículo entregado, supuestamente generó US$11 mil millones en ingresos en 2022, según Daily News.
Un triunfo a medias
El aumento obtenido por los trabajadores de reparto representados por la organización Deliveristas Unidos y otras agrupaciones, solo es el primer escaño de una lucha que reclama US$30 por hora, ya que al ser considerados cuentapropistas independientes, tampoco tienen acceso a derechos laborales como cobertura de salud y seguro de vida.
Las normas aprobadas en septiembre del 2021 por el Concejo Municipal de Nueva York no sólo fijó un salario mínimo, sino también condiciones de mejoras elementales como: el derecho a utilizar un baño en los restaurantes donde los repartidores recogen la comida, que las empresas informen los montos de propinas que dan los clientes y el detalle del pago total que recibe el trabajador. Además los repartidores obtuvieron el derecho a elegir qué distancias recorrer o qué zonas de reparto evitar en sus itinerarios sin que por ello puedan sufrir suspensiones o bloqueos de sus cuentas.
Hay una razón por la que Nueva York está tomando la delantera, dijo Stephanos Chen en The New York Times . “Quizás más que cualquier otra ciudad estadounidense, Nueva York depende de un creciente ejército de repartidores que se han enfrentado a sucesivas oleadas de Covid, clima extremo y aire tóxico a medida que el trabajo remoto ha remodelado la economía”.