Bloomberg — El primer ministro holandés, Mark Rutte, anunció que deja la política tras el fracaso de su gobierno de coalición por desacuerdos sobre la política migratoria. En un discurso ante los legisladores en La Haya el lunes, Rutte reveló que dejaría el liderazgo de su partido tras 13 años en el poder. Aunque se enfrentaba a una moción de censura en el Parlamento, ésta fue retirada por la oposición tras el anuncio de Rutte.
Durante su discurso, Rutte, de 56 años, declaró: “Ayer por la mañana decidí que ya no estaré disponible como líder del VVD. Después de las elecciones, cuando se forme un nuevo gobierno, dejaré la política activa”.
Su dimisión marca el final de una notable carrera en la que ha desempeñado un papel central en la política de la Unión Europea, sorteando importantes retos como la crisis de la deuda, la pandemia mundial y la guerra de Ucrania. El astuto liderazgo de Rutte y su capacidad para dar forma a las agendas le convirtieron en una figura notable dentro del consejo de líderes europeos y le permitieron navegar por la intrincada red de lealtades nacionales.
Su marcha marca un nuevo cambio de guardia en la política europea, después de que la veterana canciller alemana, Angela Merkel, se retirara en 2021. El populista húngaro Viktor Orban, que llegó al poder unos meses antes que Rutte, queda como el primer ministro más veterano de la UE.
El Gobierno de Rutte se derrumbó abruptamente el viernes, después de que a principios de la semana pasada diera un ultimátum a su coalición para limitar el derecho a la reagrupación familiar de los refugiados procedentes de zonas en guerra, apostando su cuarta coalición a su capacidad para obligar a sus socios a alinearse.
Cuando Rutte se disponía a dirigirse a los legisladores el lunes, estaba claro que se encontraba al borde del abismo, y algunos de sus antiguos socios de coalición se plantearon votar a favor de su destitución, según personas familiarizadas con el asunto, que pidieron no ser citadas para hablar de conversaciones privadas.
La caída de su cuarta coalición fue vista inicialmente como un juego de poder. Sus oponentes dijeron que había empujado al país a unas elecciones anticipadas para fortalecer su propia posición política, apostando a que una postura sobre la inmigración reforzaría su apoyo.
Pero el tiro le salió por la culata, ya que sus antiguos socios se volvieron contra él, lo que planteó la perspectiva de una salida forzada.
Durante sus cuatro mandatos, Rutte ha tenido que hacer frente a numerosas polémicas. Estuvo en el poder durante el escándalo de las ayudas a la infancia, que sumió a miles de personas en la pobreza y provocó la caída de su tercer gabinete, y el año pasado tuvo que hacer frente a una elevada inflación y a una crisis energética.
“En los últimos días se ha especulado sobre lo que me motiva”, dijo a los legisladores al anunciar su marcha. “La única respuesta a eso es: Países Bajos”.
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