Bloomberg — El gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tiene previsto dar un paso adelante este lunes con una reforma judicial que ha causado división en el país y suscitado inquietud entre los inversores, señal de una posible oleada de agitación.
El Parlamento tiene previsto celebrar a última hora la primera de tres votaciones sobre un polémico proyecto de ley que pretende despojar a los jueces de la autoridad para invalidar nombramientos o decisiones del gobierno que consideren “irrazonables”.
La coalición de Netanyahu, la más derechista de la historia de Israel, afirma que el poder judicial se ha vuelto demasiado dominante e influenciado por la izquierda. Por otro lado, los detractores de los cambios propuestos, entre los que se encuentran diversos grupos que van desde empresarios tecnológicos a veteranos militares, sostienen que estas alteraciones otorgarían a políticos interesados poderes ilimitados.
Han organizado protestas desde que Netanyahu anunció su plan en enero. Una pausa en las manifestaciones para permitir las conversaciones terminó en las últimas semanas al fracasar las negociaciones.
Los grupos de protesta tienen previsto reanudar las grandes protestas y la desobediencia civil el martes.
“Estos son días aciagos, que requieren que actuemos por todos los medios para detener la dictadura”, dijo en un mensaje de texto el Grupo Kaplan, una de las principales organizaciones de protesta. Pidió a sus partidarios que perturbaran la vida y el tráfico, incluso creando atascos en el principal aeropuerto internacional de Israel por segunda vez este mes.
El shekel se depreciaba hasta un 0,9% el lunes, y ha caído un 5,7% desde principios de año. Los inversores huyen, ya que los cambios previstos plantean dudas sobre el Estado de Derecho, y algunas empresas tecnológicas amenazan con deslocalizarse.
Se espera que el cambio se apruebe en la lectura del pleno del lunes. Según los medios de comunicación israelíes, el gobierno espera aprobar el proyecto de ley a finales de este mes, antes de que el Parlamento entre en receso estival.
Barak Medina, profesor de Derecho en la Universidad Hebrea, dijo que incluso si el Parlamento aprueba este elemento de la reforma judicial, el Tribunal Supremo podría encontrar una manera de bloquearlo.
“Creo que el Tribunal encontrará la forma de anularlo o limitarlo, de modo que aunque la Knesset lo apruebe, no será el final del juego”, dijo.
No obstante, la preocupación por el proyecto de ley ha suscitado nuevas amenazas de los reservistas del ejército, que forman parte de la columna vertebral de la seguridad israelí.
Hermanos de Armas, una organización que agrupa a decenas de miles de reservistas, tiene previsto reanudar las protestas y ha declarado que boicoteará los entrenamientos y ejercicios si el cambio sigue adelante. Fueron estas amenazas las que ayudaron al gobierno a entablar negociaciones a principios de año.
Esta vez, el gobierno está adoptando una línea más dura.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha condenado las amenazas de no realizar el servicio militar. El gabinete de seguridad de Netanyahu declaró el lunes que “apoya unánimemente” las advertencias de Gallant.
El presidente Isaac Herzog, que ha impulsado las conversaciones, dijo que no era demasiado tarde para llegar a un compromiso.
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