China cae en riesgo de deflación y aumenta especulación de estímulo

Nuevos datos económicos aumentan la evidencia de que la economía se está ralentizando y ponen el foco sobre la posibilidad de acciones para apuntalarla

Imagen de Shanghai
Por Bloomberg News
10 de julio, 2023 | 07:02 AM

Bloomberg — La preocupación por el riesgo de deflación ha aumentado en China, impulsando la especulación sobre medidas de estímulo, ya que la inflación al consumo se mantuvo sin cambios a nivel interanual en junio, marcando la tasa más débil desde febrero de 2021, en la que influyó la caída en picado de los precios del cerdo. Los precios de fábrica, en tanto, experimentaron nuevos descensos.

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La inflación subyacente, que excluye los costos de elementos volátiles como los alimentos y la energía, también se ralentizó hasta el 0,4% desde el 0,6%. Los precios de producción experimentaron una importante caída del 5,4% en comparación con el año anterior, lo que representa el descenso más pronunciado desde diciembre de 2015.

Zhang Zhiwei, economista jefe de Pinpoint Asset Management Ltd, dijo en esa línea que “el riesgo de deflación es muy real”.

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Se estancan los precios al consumidor y sigue la deflación al productor

Ambos indicadores se suman a la evidencia de que la recuperación se está debilitando, con la preocupación por la deflación pesando sobre la confianza. Es probable que esto aumente la especulación sobre posibles estímulos para apuntalar la economía.

“Los datos de hoy abogan sin duda por una mayor relajación de la política monetaria, algo que los responsables de formular políticas ya están haciendo, pero de forma comedida”, declaró Michelle Lam, economista para la Gran China de Societe Generale SA.

Los productores llevan meses lidiando con la caída de los precios de las materias primas y la debilidad de la demanda nacional e internacional. Si los consumidores y las empresas siguen frenando el gasto o la inversión con la esperanza de que los precios bajen, podría producirse una espiral de caída de precios que se autocumpliría”.

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Uno de los principales lastres de los precios al consumo del mes pasado fueron los precios del cerdo. El costo de la carne -un alimento básico en la dieta china- cayó un 7,2% en junio respecto al año anterior. El descenso fue superior al de mayo (3,2%).

El gobierno ha estado tratando de poner un piso bajo la caída de los precios del cerdo, diciendo la semana pasada que iba a comprar más carne de cerdo para las reservas estatales para impulsar la demanda.

La deflación de los precios de producción se vio impulsada por la prolongada caída de los precios internacionales de las materias primas. En un comunicado, el estadístico de la NBS Dong Lijuan citó una caída continuada de los costes del petróleo y el carbón, así como una elevada base de comparación con el año pasado.

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Aparte de un breve periodo de deflación a principios de 2021, China no ha experimentado una deflación prolongada de los precios al consumo desde 2009, en plena crisis financiera mundial.

Por aquel entonces, Pekín introdujo un paquete de estímulo de 4 billones de yuanes (US$553.000 millones) centrado en las infraestructuras y la modernización de la industria. Aunque ese plan impulsó el crecimiento en su momento, también llevó a los gobiernos locales a endeudarse más de lo permitido por la ley, lo que provocó un aumento de la deuda.

El margen de maniobra de la política para frenar la amenaza de deflación es más limitado esta vez, en parte debido a la preocupación por los riesgos de la deuda.

Lo que dice Bloomberg Economics ...

“La nula inflación de los precios al consumo y las mayores caídas de los precios al productor en junio sugieren que el repunte de China tras la crisis ha perdido más fuerza. La pérdida de impulso en el frente de los precios es un signo de debilidad de la demanda que enturbia las perspectivas de crecimiento. Aumenta la necesidad de más estímulos por parte del Banco Popular de China”.

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- David Qu, economista

La mayoría de las medidas de apoyo a la economía han sido limitadas: el mes pasado, el banco central recortó ligeramente la tasa de interés oficial. El Gobierno también ha ampliado las exenciones fiscales para los compradores de coches eléctricos.

“Es muy poco probable que el Gobierno introduzca políticas macroeconómicas extraordinariamente fuertes”, afirmó Bruce Pang, economista jefe de Jones Lang Lasalle Inc. Añadió que los líderes están haciendo hincapié en “un crecimiento de alta calidad que sea estable y logre un equilibrio entre el ajuste estructural económico y la prevención de riesgos.”

El Primer Ministro Li Qiang habló la semana pasada con algunos economistas chinos sobre la posible ayuda, aunque subrayó que las políticas serían “específicas, integrales y bien coordinadas”, lo que refuerza las expectativas de que el estímulo no será masivo.

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Según Xing Zhaopeng, estratega jefe para China del Australia and New Zealand Banking Group, el Gobierno debe dejar de centrarse en las políticas de oferta y adoptar medidas que aborden los problemas de demanda.

Las autoridades chinas llevan mucho tiempo apoyando a las empresas mediante instrumentos de préstamo específicos, como los destinados a ayudar a los sectores manufacturero y de energías renovables. Mientras tanto, las autoridades han rehuido a menudo las políticas destinadas a ayudar directamente a los consumidores, como los subsidios.

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“China se enfrenta ahora a un exceso de oferta”, dijo Xing, advirtiendo de la intensificación de un “bucle deflación-recesión”.

--Con la colaboración de Yujing Liu, Tan Hwee Ann, Zhu Lin e Ishika Mookerjee.

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