Bloomberg Línea — La inversión extranjera directa (IED) en la región creció 55,2% el año pasado, hasta US$ 254.579 millones, más de la mitad de los cuales se destinaron al sector servicios, indicó este lunes en un informe la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Este resultado se explicaría principalmente por el aumento de la inversión en algunos países, en particular en Brasil, aunado al crecimiento de todos los componentes de la IED, especialmente la reinversión de utilidades.
El organismo, a través de su informe anual, dice que esta dinámica es congruente con la recuperación pospandemia y no es claro si se mantendrá en niveles similares en 2023.
“El reto de atraer y retener inversión extranjera directa que contribuya efectivamente al desarrollo productivo sostenible e inclusivo de la región sigue más vigente que nunca. Hay nuevas oportunidades en una era de reconfiguración de cadenas globales de valor y de relocalización geográfica de la producción ante una globalización cambiante”, dijo José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, quien presentó las principales conclusiones del estudio en conferencia de prensa en Santiago de Chile.
Los países de LatAm que más recibieron inversión
Casi todos los países de América Latina y el Caribe recibieron más inversión extranjera directa en 2022.
El reporte muestra que Brasil lideró la lista al recibir un 41% del total regional y que figura como quinto destino de la IED mundial, seguido de México (17%), Chile (9%), Colombia (8%), Argentina (7%) y Perú (5%).
En 2022, las entradas de IED en México aumentaron por tercer año consecutivo y se recibieron US$ 38.932 millones, un 16% más que en 2021, los principales componentes de esta inversión fueron los aportes de capital y la reinversión de utilidades, que representaron el 46% y el 42% del total.
Costa Rica fue el principal receptor de inversión extranjera directa en Centroamérica; en Guatemala estos flujos registraron una caída significativa debido a un valor extraordinario en 2021, pero volvieron a su promedio histórico.
La variación de las entradas de IED también fue positiva en el Caribe, impulsada principalmente por mayores inversiones en República Dominicana, que fue el segundo país receptor después de Guyana.
Guyana registró US$ 4.389 millones, un resultado similar a las entradas récord observadas en 2021 (solo varió un -1,5%). El desempeño se debe al interés de los inversionistas extranjeros en el sector de hidrocarburos del país.
La inversión por rubros
A nivel regional, un 54% de la inversión extranjera directa ingresó al sector de servicios, aunque repuntaron tanto el sector de manufacturas como el de recursos naturales.
Las inversiones en servicios financieros; electricidad, gas y agua; información y comunicaciones; y servicios relacionados con el transporte tuvieron la mayor participación en el rubro de servicios.
La CEPAL dice que los efectos de la relocalización de la cadena de suministro global (nearshoring) a países geográficamente cercanos al país de origen en América Latina aún no están claros y se espera que sus consecuencias se sientan más en Centroamérica y el Caribe, especialmente en México.
Estados Unidos (38% del total) y la Unión Europea (17%, excluyendo a Países Bajos y Luxemburgo) fueron los principales inversionistas en la región, mientras que la IED proveniente de países de la misma región de América Latina y el Caribe tuvo un salto importante al pasar de 9% a 14% del total.
En 2022, el monto invertido en el extranjero por empresas transnacionales latinoamericanas, conocidas como translatinas, alcanzó niveles históricos: US$ 74.677 millones, siendo la cifra más alta registrada desde que se comenzó a compilar esta serie en los años noventa.
El monto de anuncios de proyectos de IED en ALC creció un 93% en 2022, totalizando cerca de US$ 100.000 millones. Por primera vez desde 2010, el sector de hidrocarburos (carbón, petróleo y gas) lideró los anuncios, con 24% del total, seguido por el sector automotriz (13%) y las energías renovables (11%).
La transición energética es identificada por la CEPAL como uno de los sectores impulsores del crecimiento económico, que puede convertirse en gran motor de la transformación productiva de la región, por lo que los países y sus territorios deberían priorizarlo en el marco de sus políticas y agendas de desarrollo productivo.
El porcentaje de la capacidad instalada de energía renovable de América Latina y el Caribe es superior al promedio mundial, y la matriz de generación eléctrica es una de las más limpias del mundo.
“Por lo tanto, si incrementa su oferta de energía renovable, la región podría convertirse en origen de la producción de bienes que hoy en día se producen en países con matrices relativamente menos limpias”, dijo el reporte.
La IED puede desempeñar un papel fundamental a la hora de acelerar la transición energética, facilitar la transferencia tecnológica y posibilitar las tecnologías emergentes.