Bloomberg — Este miércoles, Ulf Kristersson, primer ministro sueco, se aseguró el respaldo del presidente estadounidense, Joe Biden, a la estancada candidatura de su país para incorporarse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Ambos líderes se han reunido para realizar un último esfuerzo por allanar la ruta de adhesión del país nórdico con vistas a la cumbre de la organización que tendrá lugar en Vilnius, capital de Lituania, la semana que viene. La iniciativa se ve obstaculizada por la postura de Turquía, que acusa a este país de no adoptar suficientes medidas enérgicas frente a unos grupos que el gobierno de Turquía considera terroristas.
“EE.UU. está completamente, totalmente, plenamente a favor de la entrada de Suecia en la OTAN”, declaró Biden, reafirmando una posición que viene sosteniendo hace ya tiempo. “Y el resultado final es sencillo: Suecia fortalecerá nuestra alianza y tiene los mismos principios que nosotros en la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Estamos ansiosos por su adhesión”.
Desde hace más de un año, Turquía se resiste a ratificar la solicitud sueca, con Hungría detrás. Los países aliados, entre ellos Estados Unidos, han procurado ejercer presión sobre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para que aprobase el ingreso de Suecia en la OTAN.
Un punto clave de influencia para EE.UU. podría ser una oferta turca para comprar aviones de combate F-16 de fabricación estadounidense, una transacción que requiere la aprobación del Congreso. Pero el miércoles, un funcionario turco rechazó vincular los dos temas.
Suecia argumenta que ha cumplido con todas las obligaciones en virtud de un acuerdo elaborado hace un año en la cumbre de la alianza en Madrid. El país también cumple con los criterios de membresía establecidos por la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
A principios de esta semana, Erdogan volvió a arremeter contra Suecia por permitir que simpatizantes del grupo kurdo PKK, designado como terrorista, exhibieran los símbolos de la organización en las protestas en Estocolmo, y por permitir la quema pública del Corán cerca de la mezquita principal en el centro de la capital de Suecia.
“Estos son crímenes de odio que se alimentan de la hostilidad hacia el Islam”, dijo Erdogan el lunes. “Es mucho peor que este crimen de odio se pueda cometer bajo protección policial”.
Los comentarios parecieron frenar cualquier esperanza de un gran avance en la semana antes de que los líderes de los países de la OTAN y Suecia se reúnan para la reunión de alto riesgo en Vilnius. El ministro de Relaciones Exteriores de Suecia, Tobias Billstrom, quien viajó con Kristersson a Washington, se reunirá con sus homólogos turco y finlandés en la sede de la OTAN en Bruselas el jueves, con el objetivo de avanzar antes de la cumbre del 11 y 12 de julio.
Si bien Turquía aprobó en marzo la oferta de Finlandia, su negativa a permitir que la vecina Suecia se una puede complicar los planes de la OTAN para defender su frontera oriental ampliada con Rusia y obstaculizar las ambiciones de impulsar la presencia de la alianza en la región del Ártico. Para Finlandia, significa incertidumbre sobre las rutas de suministro y falta de profundidad en sus defensas.
Para Suecia, la demora, aunque manejable por ahora, comenzará a ser problemática si significa que la nación nórdica queda fuera de la planificación de defensa de la OTAN durante un período prolongado, según Micael Byden, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Suecia.
“Solo, mire el mapa: no poder incorporar el territorio de Suecia y sus fuerzas armadas en planes militares concretos hará que sea más difícil para la OTAN, y no podremos acceder a lo que necesitamos en términos de planes, gestión y sistemas criptográficos, dijo Byden en una entrevista la semana pasada en la isla sueca de Gotland. “Estaríamos al margen, y eso dificulta las cosas”.
Con la asistencia de Akayla Gardner, Alisa Parenti y Jordan Fabian.
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