Por qué restricciones de metales de China podrían tener efecto contrario al deseado

La decisión podría ser una herramienta de negociación, pero también podría podría acelerar los esfuerzos de algunos países para reducir su dependencia de la segunda economía mundial

Por

Bloomberg — La medida de China de controlar la exportación de dos metales críticos demuestra su capacidad para tomar represalias contra las medidas adoptadas por Estados Unidos, Japón y Europa para limitar el acceso de Pekín a la tecnología avanzada. Sin embargo, también conlleva el riesgo de consecuencias negativas.

La presentación el lunes de un nuevo sistema de licencias de exportación puso de relieve la posición dominante de China en la producción mundial de galio y germanio, esenciales para la fabricación de chips, vehículos eléctricos y equipos de telecomunicaciones. Este anuncio, estratégicamente programado justo antes de la visita a Pekín de la Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, busca darle a China una palanca en sus esfuerzos por persuadir a la Casa Blanca de que elimine los controles a la exportación que podrían impedir el desarrollo del país.

Sin embargo, esta medida tiene un doble efecto y podría acelerar los esfuerzos de estos países por reducir su dependencia de la segunda economía mundial. Si finalmente Pekín utiliza esta nueva normativa para restringir los envíos y limitar el suministro a otras naciones, es probable que los precios aumenten, haciendo más viable económicamente aumentar la producción en Japón, Canadá, Estados Unidos u otros países.

“Es parte del ‘ojo por ojo’ que la RPC está jugando con Estados Unidos y sus aliados”, afirmó Ja Ian Chong, profesor asociado de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Singapur. Se refería al nombre formal del país, República Popular China. “Puede haber un cierto shock inicial para los mercados y las empresas, pero con el tiempo, si persisten estas restricciones, los mercados y las empresas se adaptan”.

La medida subraya el dilema al que se enfrenta el presidente Xi Jinping en su intento de contrarrestar los esfuerzos de Estados Unidos por impedir que China acceda a los chips necesarios para dominar tecnologías como la inteligencia artificial y la computación cuántica. Cualquier acción recíproca sólo daría a EE.UU. y Europa más munición para presionar en favor de la reducción de riesgos, algo que el gobierno de Xi ha tratado de contrarrestar.

“China siempre adopta un enfoque de ojo por ojo”, declaró Roy Lee, Viceministro de Asuntos Exteriores de Taiwán, sobre las nuevas medidas, que calificó de represalia a los controles de exportación de Estados Unidos y otras naciones democráticas. Éstas “se convertirán en un acelerador para que países como Taiwán, Corea del Sur y Japón reduzcamos nuestra dependencia del suministro chino de esos minerales y materiales críticos”.

Tierras raras como arma

Los anteriores esfuerzos de China por restringir la venta de tierras raras no han hecho sino disminuir su cuota de mercado, al tiempo que otros países trabajan para asegurarse el suministro de los metales que no controla China.

China introdujo por primera vez un sistema de licencias de exportación de tierras raras en la década de 1990, al tiempo que aumentaba gradualmente los impuestos, lo que supuso una presión sobre las empresas japonesas y de otros países que dependían de los suministros chinos. Pero el gran cambio se produjo en 2010, cuando Pekín interrumpió temporalmente las exportaciones a Japón como reacción a una colisión entre un pesquero chino y la guardia costera japonesa cerca de unas islas reclamadas por ambos países.

Aquel incidente desencadenó una carrera para encontrar suministros alternativos procedentes de China. Posteriormente aumentó la producción en Australia y Estados Unidos, lo que redujo la cuota de China en la producción minera hasta el 70% del suministro mundial en 2022, desde un máximo del 98% en 2010, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

China representa actualmente cerca del 94% de la producción mundial de galio, según el Centro de Inteligencia de Minerales Críticos del Reino Unido. Aun así, los metales no son especialmente raros ni difíciles de encontrar, aunque China los mantiene baratos y su extracción puede resultar relativamente costosa.

“La imposición de restricciones a la exportación podría reducir el dominio del mercado”, escriben en una nota los investigadores de Eurasia Group, entre ellos Anna Ashton. “Si se aplican tal cual, las nuevas restricciones a la exportación de minerales de China podrían ofrecer un nuevo impulso a los fabricantes extranjeros para trasladar la producción fuera de China, acelerando la tendencia a la diversificación de la cadena de suministro”.

China declaró que el nuevo sistema de licencias para la exportación de galio y germanio, junto con sus compuestos químicos, tenía como objetivo proteger la seguridad nacional, la misma justificación que dan EE.UU. y sus aliados para sus controles a la exportación.

No obstante, el anuncio ha suscitado preocupación en Europa por la posible interrupción de las cadenas de suministro a corto plazo y es probable que estimule el debate sobre cómo reducir la dependencia del bloque respecto a China.

La Unión Europea anunció el mes pasado una nueva estrategia de seguridad económica y puso en marcha una Ley de Materias Primas Críticas para facilitar la financiación y la obtención de permisos para nuevos proyectos de minería y refino, y también para establecer alianzas comerciales que reduzcan la dependencia del bloque de los proveedores chinos. Si las nuevas normas se utilizaran para restringir las exportaciones, esa escalada de tensiones podría amenazar la capacidad del bloque para transformar su economía y hacerla más respetuosa con el medio ambiente.

El efecto inmediato de los cambios parece limitado, según un comunicado del Ministerio de Industria coreano del martes, que señaló que existen otros suministros de los dos metales.

Sin embargo, incluso si China no utiliza esta nueva norma para limitar las exportaciones en algún momento en el futuro, podría decirse que tiene más que perder que EE.UU., sobre todo porque sus crecientes desafíos económicos plantean dudas sobre si algún día tomará el relevo como la mayor economía del mundo.

La herramienta más eficaz de Pekín para sancionar a otros es cortar el acceso a su enorme mercado o limitar las exportaciones de bienes de importancia estratégica. Pero esto impulsa aún más la desvinculación de China que Pekín quiere evitar, ya que socavaría sus objetivos declarados de garantizar que la nación domine las nuevas tecnologías y sea esencial en las cadenas de suministro mundiales.

Por el momento, sin embargo, la creciente lucha ideológica entre EE.UU. y China está primando sobre la globalización, según declaró el martes Morris Chang, fundador del gigante del chip Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. en un acto del sector celebrado en Taipei.

“En estos momentos, la seguridad nacional y el liderazgo tecnológico y económico tienen prioridad sobre la globalización”, afirmó. “Las relaciones entre EE.UU. y China son más de competencia que de colaboración”.

--Con la colaboración de Rebecca Choong Wilkins, Betty Hou y Jennifer Creery.

Lea más en Bloomberg.com