Bloomberg — A los millennials y a los miembros de la Generación Z les está costando mucho hacerse económicamente independientes.
Sólo el 28% de los millennials (de 27 a 42 años) y los miembros de la Generación Z (de 18 a 26 años) respondieron “en absoluto” cuando se les preguntó si seguían dependiendo de sus padres para su apoyo financiero, según un estudio reciente de la agencia de crédito Experian. Y más de la mitad dijeron que dependían “algo o mucho” del dinero de sus familias.
Al mismo tiempo, dos tercios se sienten avergonzados cuando tienen que pedir ayuda económica a sus padres, y el 70% de los millennials se sienten así, según la encuesta.
El aumento vertiginoso del costo de la vivienda, la deuda de los préstamos estudiantiles y una economía inestable están dificultando que los jóvenes estadounidenses encuentren su equilibrio. Hitos financieros como mudarse y comprar una casa parecen cada vez más fuera del alcance de muchos, sobre todo porque la inflación hace subir los precios de las necesidades cotidianas.
Desarrollar hábitos de gasto saludables es una lucha para algunos, según la encuesta de Experian. Alrededor del 57% de los millennials y de la Generación Z que participaron en el estudio afirmaron que les cuesta decir no a las compras impulsivas. Y más del 60% dijeron que preferirían gastar dinero en experiencias vitales ahora que ahorrar para la jubilación.
Algunos de estos jóvenes adultos también creen que sus padres no han sido buenos modelos para tomar decisiones financieras inteligentes. Más del 40% dijeron que sus padres tienen malos hábitos de gasto o los tuvieron en el pasado. Aproximadamente un tercio dijo que sus padres no les enseñaron sobre finanzas personales y el 16% declaró que sus padres evitaban hablar de dinero por completo.
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