Bloomberg — El presidente francés, Emmanuel Macron, hizo un llamamiento a los padres y a las plataformas de las redes sociales para que ayuden a poner fin a la violencia que azota el país desde la muerte a manos de la policía de un adolescente de 17 años y que ha provocado la detención de cientos de jóvenes.
El jueves se produjo una tercera noche consecutiva de disturbios tras el tiroteo de un adolescente en su coche en un suburbio de París a principios de semana. Se vieron daños en edificios municipales, ayuntamientos y bibliotecas en Marsella y en la zona de Seine-Saint-Denis, al norte de París.
“Un tercio de las detenciones de estas últimas noches afectan a jóvenes o a veces muy jóvenes”, declaró Macron en una reunión de crisis con altos ministros el viernes. “Es responsabilidad de los padres mantenerlos en casa”.
El presidente dijo que Snapchat, TikTok y varias otras plataformas se habían utilizado para organizar disturbios y señaló una “forma de imitación de la violencia.”
“Entre los más jóvenes, conduce a una especie de alejamiento de la realidad, y a veces tenemos la impresión de que algunos de ellos viven en la calle los videojuegos que les han lavado el cerebro”, dijo Macron.
Las autoridades trabajarán con las plataformas en las próximas horas para que se retiren los contenidos más delicados, así como para establecer la identidad de quienes utilizan las redes sociales para llamar a la violencia, dijo Macron.
Se cancelaron algunos actos festivos y concentraciones en zonas tensas ante la previsión de nuevas protestas el viernes por la noche, y se suspenderán los servicios de autobús y tranvía en todo el país a partir de las 21.00 horas.
También se canceló un concierto de la cantante pop francesa Mylène Farmer en el estadio Stade de France, con capacidad para 80.000 espectadores, situado al norte de París, informó la Agencia France-Presse.
La violencia callejera del jueves por la noche se saldó con ataques contra 119 edificios públicos y 79 comisarías de policía, según el Ministerio del Interior. Se produjeron 875 detenciones.
“Lo que nos preocupa es que los alborotadores están decididos a atacar las instituciones dependientes de la república, ya sean ayuntamientos, guarderías, escuelas, centros cívicos o comisarías”, declaró Matthieu Valet, portavoz del sindicato policial SICP, en una entrevista concedida el viernes a CNews.
Doce autobuses del operador de transportes de la región parisina RATP fueron incinerados en un depósito de las afueras de la capital. Algunas tiendas de todo el país también fueron objeto de actos de vandalismo durante la noche, incluso en el centro de París.
La ira estalló después de que Nahel, de 17 años, recibiera un disparo mortal a quemarropa en su auto el martes en Nanterre, un suburbio del oeste de París. Un vídeo publicado en las redes sociales mostraba a dos agentes de policía inclinándose hacia el auto, y a uno de ellos disparando mientras el conductor se alejaba. Las autoridades no han revelado el apellido de Nahel.
El agente que disparó fue acusado de asesinato y está en prisión preventiva. Pascal Prache, fiscal de Nanterre, dijo el jueves que su oficina determinó que “no se cumplían las condiciones legales para el uso de un arma”.
Laurent-Franck Lienard, abogado del agente, declaró a la radio Europe 1 que éste creía que “necesitaba” disparar.
La madre de Nahel, identificada sólo como Mounia, dijo en una entrevista con France 5 que no culpaba a la policía.
“Culpo a una persona, la que acabó con la vida de mi hijo”, dijo. “Vio un rostro árabe, un niño pequeño. Quiso quitarle la vida”.
Los disturbios tienen ecos de los que estallaron durante semanas en 2005 tras la muerte de dos niños en una subestación eléctrica después de una persecución policial, y han puesto de relieve la actuación policial en Francia y las tensiones que desde hace tiempo persisten en los suburbios más pobres del país. El gobierno declaró entonces el estado de excepción, que duró casi dos meses.
Con la asistencia de Samy Adghirni.
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