La mayoría del Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE) votó a favor de inhabilitar al ex presidente del país, Jair Bolsonaro, para ejercer cargos públicos durante 8 años.
Más de la mitad de los siete jueces del tribunal dijeron que Bolsonaro abusó de los poderes de su presidencia al convocar una reunión de embajadores extranjeros para hacer declaraciones sin fundamento sobre el sistema de votación de Brasil meses antes de las elecciones de octubre.
La jueza Carmen Lucía dio el cuarto voto minutos luego de que el juicio se reanudara en la tarde del viernes. De esta manera, Bolsonaro permanecerá inhabilitado hasta 2030, lo que le impedirá postularse en las próximas dos elecciones.
Bolsonaro había pasado años esparciendo teorías conspirativas sobre las elecciones, generando furia entre sus partidarios que terminaron asaltando los principales edificios gubernamentales de la capital, Brasilia, el 8 de junio, diciendo que la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva había sido fraudulenta.
Bolsonaro ha negado haber actuado mal, insistiendo en que la reunión de embajadores de julio de 2022 fue una cuestión de política exterior que entraba dentro de las competencias de la presidencia. Al igual que su estrecho aliado Donald Trump, que se enfrenta a dos acusaciones y múltiples investigaciones abiertas en Estados Unidos, ha alegado que es víctima de una persecución política.
“Es una injusticia para mí, mi Dios del cielo”, dijo Bolsonaro a periodistas en Brasilia el jueves por la mañana. “Están buscando una aguja en un pajar. Dónde me equivoqué con una reunión con embajadores?”.
Ni un abogado que representa a Bolsonaro en el caso ni su portavoz respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios sobre el fallo.
Bolsonaro puede apelar el fallo ante el Tribunal Supremo, pero sus problemas legales están lejos de terminar. Se enfrenta a otros 15 casos en el tribunal electoral por acusaciones de que abusó de su autoridad como presidente y trató de socavar la fe en el sistema de voto electrónico de Brasil.
Aun así, Bolsonaro sigue siendo una figura popular. Su ajustada derrota en las elecciones del año pasado -Bolsonaro obtuvo el 49,1% de los votos- y el éxito de su partido en las elecciones al Congreso alimentaron las expectativas de que lideraría la oposición al gobierno izquierdista de Lula. Su condición de figura conservadora más fuerte del país generó especulaciones de que buscaría otro cargo o volvería a la presidencia en un futuro próximo.
Bolsonaro, en cambio, había evitado en gran medida la atención pública hasta que concedió una serie de entrevistas cuando comenzó el juicio. Incluso sin la posibilidad de presentarse como candidato, los expertos esperan que mantenga una influencia política significativa sobre un movimiento que no tiene otro líder claro.
Fuera del tribunal electoral, Bolsonaro también se enfrenta a investigaciones por posibles delitos ocurridos durante y después de su presidencia. Los presuntos delitos incluyen no declarar millones de dólares en regalos que recibió mientras era presidente, falsificar los registros de vacunación contra el Covid-19 e incitar a los disturbios del 8 de enero.
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