Inflación se enfría y gastos personales se estanca en EE.UU.; economía pierde fuelle

El índice de consumo personal, uno de los indicadores preferidos por la Fed para medir la inflación, mostró la menor subida interanual en más de dos años

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Bloomberg — Medidas clave de inflación en EE.UU. se ralentizaron en mayo y el gasto de los consumidores se estancó, lo que sugiere que el principal motor de la economía está perdiendo algo de fuelle.

En concreto, el índice de consumo personal, uno de los indicadores preferidos por la Fed para medir la inflación, subió un 0,1% en mayo, según cifras del departamento de Comercio, por debajo del 0,2% estimado por analistas. La cifra interanual fue de 3,8%, el incremento más bajo en más de dos años.

Sin contar componentes volátiles como alimentos y energía, el índice núcleo subió un 0,3% intermensual y 4,6% interanual, en línea con las lecturas anuales que se remontan a finales de 2022. Este indicador, que los economistas consideran un mejor indicador de la inflación subyacente, muestra un alivio mínimo de las presiones.

El gasto de los consumidores, ajustado a los precios, apenas varió tras un aumento del 0,2% revisado a la baja en abril. Entre febrero y mayo, el gasto de los hogares se ha estancado esencialmente tras un repunte a principios de año.

Bajo el capó del informe gubernamental, una métrica clave señalada por el presidente de la Fed, Jerome Powell, mostró una bienvenida desaceleración. La inflación de los servicios, excluidos los de vivienda y energía, aumentó un 0,2% en mayo respecto al mes anterior, el menor avance desde julio del año pasado, según cálculos de Bloomberg. La cifra había subido un 4,5% desde hace un año.

No obstante, los operadores siguen esperando que la Reserva Federal vuelva a subir los tipos de interés en la reunión del mes que viene.

Aunque los datos de inflación muestran algunos avances, la tasa sigue estando muy por encima del objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal. En vista de ello, los responsables del banco central han señalado que prevén tener que subir las tasas de interés dos veces más este año, posiblemente a partir de la reunión del mes que viene.

La debilidad del gasto de los consumidores contrasta con los datos recientes que, por lo demás, muestran una economía resistente y no al borde de la recesión. Esto se debe en gran parte a la fortaleza del mercado laboral.

Señales de tensión

El bajo desempleo y el crecimiento constante de los salarios han permitido a muchos estadounidenses seguir gastando en una serie de bienes y servicios a pesar de los altos precios. Otros, sin embargo, tienen dificultades. Hay indicios de que los hogares recurren más a las tarjetas de crédito a medida que disminuyen los ahorros sobrantes de la pandemia, y las tasas de morosidad van en aumento.

Esa fragilidad subyacente, unida a la expectativa de que las condiciones crediticias se endurezcan aún más, siguen siendo amenazas clave para la expansión económica.

La disminución del gasto real en bienes reflejó un descenso de las compras de vehículos de motor, según el informe. El gasto en servicios aumentó gracias a los mayores desembolsos en viajes y transportes internacionales.

La renta disponible ajustada a la inflación aumentó un 0,3% tras la caída del mes anterior. Sin ajustar los precios, los ingresos subieron un 0,4%. Los sueldos y salarios aumentaron un 0,5%, la mayor subida desde principios de año.

El informe sobre el empleo de junio, que se publicará la semana que viene, será otra de las principales publicaciones de la Reserva Federal antes de su reunión del 25-26 de julio. También se publicarán cifras actualizadas sobre los precios al consumo y al productor, así como las ventas al por menor.

La tasa de ahorro subió al 4,6%, igualando el nivel más alto desde enero de 2022 y sugiriendo que los estadounidenses son cada vez más cautos en sus hábitos de gasto.

--Con la colaboración de Kristy Scheuble, Matthew Boesler y Augusta Saraiva.

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