Bloomberg — Virgin Galactic Holdings Inc (SPCE), la empresa fundada por Richard Branson, logró un hito largamente esperado al enviar a clientes pagos al borde del espacio por primera vez en sus casi dos décadas de historia.
El momento se produjo cuando la nave VSS Unity alcanzó el espacio aproximadamente a las 9:30 a.m. hora local en Nuevo México. Todo el acontecimiento se retransmitió en directo a través de la página web de Virgin Galactic. El vuelo, que transportaba a seis personas, entre ellas investigadores de la Fuerza Aérea Italiana y del Consejo Nacional de Investigación de Italia, despegó una hora antes.
Este debut comercial consolida la posición de Virgin Galactic como proveedor de turismo espacial, situándola en compañía de otras empresas del sector como SpaceX, fundada por Elon Musk, y Blue Origin LLC, fundada por Jeff Bezos. Con este logro, Virgin Galactic se prepara ahora para la transición a un programa regular de vuelos comerciales mensuales, generando unos ingresos muy necesarios para la empresa.
Aunque la empresa ha transportado empleados en varias misiones de prueba anteriores, el más reciente lanzamiento fue el primero con pasajeros con billete. Es el vuelo de más alto perfil de Virgin Galactic desde que Branson voló al borde del espacio en 2021.
“Este es un gran negocio”, dijo Mike Moses, presidente de misiones espaciales y seguridad de Virgin Galactic, en una entrevista antes del lanzamiento. “Es aquello para lo que fuimos fundados”.
Llega mucho más tarde de lo previsto: Virgin Galactic se fundó en 2004 y esperaba transportar turistas al cosmos ya en 2008. A lo largo de los años, la empresa ha sufrido numerosos retrasos y contratiempos, incluidos accidentes mortales, investigaciones reglamentarias y demandas judiciales. La empresa ha perdido cientos de millones de dólares cada año desde que salió a bolsa en 2019, al tiempo que solo generaba ingresos nominales.
Las acciones de Virgin Galactic caían un 7,8% a las 11:38 de la mañana en Nueva York, valorando la compañía en unos US$1.200 millones.
Misión de investigación
El vuelo del jueves, denominado Galactic 01, ofreció a la tripulación la oportunidad de realizar experimentos y probar cargas útiles en un entorno espacial. Entre los pasajeros se encontraban Walter Villadei y Angelo Landolfi, de las fuerzas aéreas italianas, así como Pantaleone Carlucci, ingeniero del Consejo Nacional de Investigación de Italia. A ellos se unieron Colin Bennett, empleado de Virgin Galactic, y dos pilotos.
El vehículo principal de la empresa es su VSS Unity, que se transporta en el aire bajo el ala de un inusual avión portador de doble fuselaje llamado VMS Eve. Una vez que la pareja alcanza una altitud de 46.000 pies, el avión espacial se desprende y enciende un motor cohete híbrido que lo propulsa al espacio suborbital. La nave suele alcanzar una altura ligeramente superior a los 80 kilómetros, donde la tripulación puede ver la curvatura de la Tierra desde la oscuridad del espacio, antes de volver a planear hasta la pista de aterrizaje.
Virgin Galactic ha tenido grandes ambiciones para este modelo de vuelo espacial. En sus inicios, la empresa aceptó depósitos de personalidades como Ashton Kutcher, Justin Bieber y Leonardo DiCaprio. Los billetes costaban inicialmente un cuarto de millón de dólares cada uno antes de subir.
Pero Virgin Galactic sufrió graves contratiempos durante su desarrollo. En 2007, tres empleados de Scaled Composites, una empresa contratista creada por el empresario aeroespacial Burt Rutan, murieron durante una prueba de motores para el avión espacial de Virgin Galactic. En 2014, un piloto murió y otro resultó herido al estrellarse un vehículo de Virgin Galactic durante un vuelo de prueba. La empresa reconoció que algunos clientes cancelaron sus reservas tras el accidente por diversos motivos.
Aun así, Moses dijo que la mayoría de los clientes han permanecido. “Esta gente ha sido paciente durante mucho tiempo”.
Virgin Galactic marcó un hito importante en 2018, cuando alcanzó el espacio por primera vez, enviando a dos copilotos a una altitud de unos 80 kilómetros. Desde entonces, ha enviado varias misiones de prueba tripuladas más al espacio.
En 2019, la compañía salió a bolsa a través de una fusión inversa con una empresa de adquisiciones con fines especiales, capitalizando el auge de los cheques en blanco para volver a llenar sus arcas. En ese momento, Virgin Galactic predijo un inicio inminente de las operaciones comerciales y que volaría con más de 1.500 clientes al año en 2023.
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